Las ventas que va a cerrar el Valencia para poder hacer fichajes de Champions League

La fórmula es más vieja que andar, y aunque antes no esta legislada como ahora, es algo que se ha hecho aquí, y en más sitios, desde hace muchos años

Toni Hernández | 22 FEB. 2018 | 12:24

“El Valencia va a vender jugadores porque es una obligación a cumplir, no sólo este curso, sino los próximos años. Si no vendemos se baja el Fair Play Financiero”. La frase de Mateo Alemany, el director general del club, es contundente, explicativa y aclaratoria, pero hay que entenderla, y sobre todo, hay que saber qué quiere decir. El camino hasta llegar a la cifra que te da el Fair Play Financiero es largo, y tiene muchos puntos que no se pueden pasar por alto. Haciendo un resumen muy básico, tu te puedes gastar lo que puedes generar, y eso va unido a tus balances contables, esos números a los que (casi) nadie hace caso en las Juntas de Accionistas. Si el club, a 30 de junio, tiene un balance positivo o muy positivo, eso le da margen para poder gastar más el siguiente ejercicio futbolístico/fiscal. Es decir, si esos 45 millones de venta de activos de este año se cubren, el próximo curso habrá más margen de gasto, y no sólo eso, sino que jugando Champions League, aún será mayor.

¿Habrá ventas? Por supuesto que si, y si no las ha habido este año es porque las cesiones de muchos jugadores han permitido hacerle una trampa al sistema, porque no computa igual un préstamo que un traspaso. Pero el Valencia siempre ha vivido de vender para poder comprar más y mejor, incluso cuando el Fair Play Financiero no existía. Desde 1999 a 2001 se venden a varios de los jugadores más importantes de la plantilla, Piojo López, Mendieta, Gerard o Farinós, pero se siguen comprando otros que terminan formando un bloque aún mejor. Hoy todo eso está regulado, es diferente, pero la filosofía sigue siendo la misma.

En definitiva se trata de gestionar bien la entidad, que se valga por sí sola, que genere el dinero necesario para caminar sola. Peter Lim será importante porque es una especie de red que da soporte a todo, pero está claro que si los balances no cuadran, si los números no son buenos, si no hay entradas y salidas, sino hay una gestión deportiva de primer nivel que permita tomar decisiones, todo lo demás no tiene importancia. Habrá que vender, claro, para poder comprar, para seguir creciendo. En definitiva, habrá que gestionar, algo básico en el club de fútbol, que sigue siendo, aunque no nos guste, una empresa.