El Valencia lleva 12 jornadas encajando gol, y en Málaga, a balón parado

Demasiados partidos seguidos, y la misma sensación que genera el equipo últimamente: con muy poco, el daño que se le hace es terrible

Toni Hernández | 17 FEB. 2018 | 21:50

El Valencia encajó en Málaga por décimo segundo partido de Liga consecutivo, una vez más sin dejar la portería, a cero, y de nuevo, el tanto fue a balón parado, en un córner, defendido de una forma indolente, con un remate dentro del aérea pequeña, algo inconcebible en un equipo que sabe defender fuerte, lejos de su marco, que era una roca en el primer tercio del campeonato. La vuelta de Jeison Murillo es importante, pero el que espere milagros que cambie de canal, porque eso no existe de la noche de la mañana, y como ya se insistía el año pasado, no sólo son los defensas, (tres de los habituales este curso estaban el año pasado en el equipo), sino que la forma de hacerlo es clave. Los equipos rivales, también el Valencia, huelen la sangre, las debilidades del rival, y al equipo de Marcelino saben dónde le duele. Y mucho.

Un equipo que quiere jugar la Champions League el año que viene, independientemente de que luego tengas pegada y recursos arriba (aunque ahí se vaya más justo que hace unos meses, al menos en cuento a acierto se refiere), no puedes recibir tantos goles. Sumara semanas y semanas sin dejar la portería a cero es un lujo que no te puedes permitir, y de momento, la sangría no hay forma de detenerla. Aunque lo que está claro es que además de encajarlos, lo más llamativo es que es demasiado fácil, sencillo, con poco, y eso sí que parecía haberse superado respecto a los dos años pasados, de funesto recuerdo para todos.