El enemigo del Valencia no el árbitro de turno

El enemigo del Valencia no es el árbitro de turno, ni desde el no gol de Leo Messi en Mestalla hay una campaña en contra del equipo, como si alguien, la mano negra, quisiera que los de Marcelino no estuvieran arriba del todo al final de la Liga. Pensar así, primero que no da nada, y segundo que resulta absurdo, genera que al personal se le caliente la boca (a mí mismo me ha pasado), y luego esperamos que los árbitros, que tienen un sentido corporativista más elevado de lo que lo podamos pensar, luego nos miren con buenos ojos. No, esto no va a así. Tu no puedes dar motivos para que los árbitros te condenen, y eso fue lo que paso contra Las Palmas, aunque luego el señor Munuera Montero se viniera arriba con las tarjetas.

A Paulista se le fue la cabeza, y en la primera parte no se tiene acierto cara a puerta. ¿De eso tiene la culpa el árbitro? Está claro que no. ¿Te puedes encarar al colegiado y decirle de todo a medio palmo de su cara? No, y cuando otros lo hacen (el pecado es que les dejan), ponemos el grito en el cielo. Tu no debes hacer lo que sabes que no es correcto, no hay más. Caer en la trampa de echarle la culpa a los que arbitran es tentadora, pero este Valencia tiene argumentos más importantes que ese para revertir la situación. Y para Marcelino, con todo el respeto del mundo: “mister, no te persiguen ni te vigilan, sólo corre la voz de que vas al límite, y verte es más fácil”. En tu mano está cambiarlo.