El Valencia juega una final en cada partido, y toda su gente con él

La intensidad con la que se juega partido, salvo esas desconexiones que duelen tanto, una de las claves para estar tan arriba

Toni Hernández | 20 OCT. 2017 | 00:01

El Valencia juega cada partido como si fuera una final. El hecho, desgraciado, de no tener partido entre semana de competición europea, aunque en breve dará comienzo la Copa del Rey (donde hay muchas esperanzas depositadas), hace que los hombres de Marcelino García Toral puedan or “a muerte” cada fin se semana, sin reservar nada, sin guardar nada, sin ahorrar nada. Ahora con la Copa puede haber más movimiento en las rotaciones, empezando por la portería, pero es que si lo analizamos, todos los jugadores están disponiendo de minutos menos Nacho Gil, al que las lesiones han lastrado, Nemanja Maksimovic, que será cedido en enero, y Robert Ibáñez, que es el único futbolista de la primera plantilla que no ha dispuesto de un solo minuto.

Pero volviendo a la intensidad, que en cada partido se pueda ir al 120%, está haciendo que físicamente el equipo sea superior, o al menos nunca inferior, a todos y cada uno de sus rivales. El sábado habría enfrente un equipo tocado por su derrota europea en la Champions League, y que en Liga está arriba pero dejando peores sensaciones de las que cabria esperar. Si el equipo valencianista le mete el mismo ritmo que le está dando en todos los partidos hasta la fecha, a los de Berizzo les va a costar contrarrestar el juego local. El "secreto" sigue estando en la intensidad, además de en la calidad y el acierto, que por supuesto son otros dos factores claves. Si encima la grada ayuda como en todos estos partidos...