La salud de la cantera del Valencia y el trabajo de José Ramón Alesanco

Ni el trabajo de Paterna será mejor en caso de ascenso, ni será peor en caso de no conseguirlo, porque todo depende de muchos factores y necesita menos juicios

Toni Hernández | 06 JUN. 2017 | 00:02

El Valencia B de Curro Torres puede jugar la final del playoff de ascenso a Segunda A, tiene ventaja de 2-1 contra el Murcia, aunque el partido de vuelta en La Nueva Condomina no será nada fácil. Algunos verán que en esto, si se pasa, el éxito de la cantera, igual que otros verán fracaso si no se consigue. Error grave en ambos casos, muy propio del que sólo ve resultados en fútbol formativo. Y aquí es donde José Ramón Alesanco se lleva todos los palos, sobre todo si sale mal. Si sale bien será como si la cosa no fuera con él o no tuviera nada que ver. Las cuestiones personales siempre marcando las opiniones en nuestra ciudad, y como viene de fuera y no tiene amigos en la ciudad, ya se le mira mal. Y si pone a su gente de confianza donde toca, que es lo que haríamos todos, es malo de la muerte. Y si para ello encima hace saltar a algún amigo de la prensa, entonces ya no hay piedad, se debe ir a degüello, y todo vale para desprestigiarle.

El fútbol es más sencillo que todo eso, aunque lleva su complejidad. Alesanco llegó sin prejuicios y sin filias ni fobias, un estado ideal, y más para una ciudad como la nuestra. Y ha tomado decisiones en función de méritos y crecimiento, que es como se deben hacer las cosas en la cantera. Quiero recordar a todo el personal la campaña para la renovación de Fran Villalba a precio de oro. El joven jugador valencianista lleva jugados 45 minutos desde el pasado 30 de abril, y nadie ha dicho nada, y el equipo rinde a satisfacción. Si Alesanco no lo llega a renovar… El mérito del trabajo hecho se llama Carlos Soler (lo de que no se le quería renovar es otra muy divertida), Rafa Mir, Toni Lato, Sito, Sivera y hasta el propio Villalba con un poco más de calma. Pero sigamos juzgando por lo evidente y no por los parámetros reales, que luego nos sorprende que la gente de fútbol se ría del periodismo deportivo.