Y si Peter Lim está haciendo ahora el Valencia que se le exige, ¿no se dice?

Han sido dos años de palos, muchos de ellos totalmente justificados, pero si todo es distinto, ¿dejarán de caer chuzos de punta?

Toni Hernández | 18 MAY. 2017 | 00:04

La revolución que Peter Lim ha traído al Valencia, a su Valencia, con la salida de Layhoon Chan como presidente por Anil Murthy, la llegada de Mateo Alemany, la dimisión (o cese encubierto) de Jesús García Pitarch como director deportivo sustituido por José Ramón Alesanco y el fichaje de Marcelino García Toral como entrenador, la reubicación de Voro y un sinfín de cambios internos, eran lo que el entorno valencianista reclamaba como básico, indispensable, fundamental para que el club alzara el vuelo. Se le dieron palos al dueño de mil colores porque todo esto, cambiando los nombres porque colocar a los amigos en vital, nunca ocurría, y era justo, pero ahora que pasa es como si no ocurriera nada, y se oye aquello de “total, no ha hecho nada”, que por otra parte es cierto, pero que indiscutiblemente también, si no se hubiera dado, tendría a la ciudad en pie de guerra.

El juego de la doble moral es una constante en nuestra ciudad, y nadie dice nada de los cambios de Lim, y nada es nada. No sorprende, al menos a los que llevamos en este más de diez minutos, porque primero, no ha colocado a nadie del entorno y eso duele (aunque dolería más que colocaran al enemigo del entorno), parecen todo decisiones razonables y ponderadas, lo que no venía siendo habitual en Meriton, y además, se corre el riesgo de que todo junto haga que la cosa vaya bien, con lo que el sector crítico perdería toda su fuerza. Y yo me pregunto si todo esto puede ser casualidad...