Así jugará el Valencia de Marcelino

El estilo de juego de Marcelino García Toral nace de una defensa rocosa y el contragolpe de hombres rápidos no exentos de técnica

Samuel Subiela | 11 MAY. 2017 | 10:00

Marcelino García Toral ya es el futuro más inmediato del Valencia CF. El técnico asturiano es el elegido para reflotar el equipo che y encabezar el enésimo proyecto de Peter Lim mediante un estilo de juego que siempre ha caracterizado a los grandes planteles vistos en la historia del feudo de Mestalla. Precisamente, el estilo del técnico asturiano ha sido clave para decantar la balanza entre él y Quique Setién, el otro gran favorito que al final no ha sido elegido. Y es que el estilo de juego de Marcelino se ajusta mejor al estilo 'bronco y copero' que tan bien le ha funcionado al Valencia a lo largo de su historia. Un estilo que sin embargo, modificó ciertamente en su etapa en Villarreal, para jugar más acorde a lo que demandaba el cuadro castellonense y que muestra también una virtud del asturiano, flexible si las cosas lo requieren.

Aún así, marcado por su fuerte carácter y las ideas claras el estilo de juego Marcelino se construye desde una defensa fuerte, compacta y expeditiva. De hecho, con el Villarreal consiguió encadenar diecisiete partidos sin encajar gol en una temporada, haciéndolo en casa en diez de ellos. Unos números que reflejan la consistencia de un estilo que juego que crece a partir de la dificultad de los rivales en encontrar huecos para golear. Y es que en palabras del propio Marcelino, "jugar bien al fútbol significa no condecer ocasiones de gol". Queda claro pues, que la prioridad de los equipos del asturiano es no encajar. Algo de lo que no ha sido capaz el Valencia CF en dos temporada, un equipo que incluso llegó a encadenar casi un año completo sin dejar la portería a cero.

Con el 4-4-2 por bandera, los equipos de Marcelino se basan en ataque en una pareja de delanteros complementaria, siendo uno de ellos más un '10' que un '9', a los que surten de balones extremos rápidos y veloces para aprovechar contrataques nacidos de la presión asfixiante. Aunque es capaz de introducir una variante en la que uno de esos extremos, generalmente el derecho, pueda ser un futbolista de más calidad, que pueda general también por dentro, y no tanto en la banda, dejando el carril al lateral en cuestión.

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