Un Valencia serio, digno, de hombres y que respete a su afición

Mateo Alemany, el director general del Valencia, y su nuevo y futuro presidente, Anil Murthy, deben marcarse un objetivo claro y conciso respecto al futuro del club, mucho más allás de las cuestiones deportivas, que está claro que son las que más llegan a la gente, pero una institución como el Valencia es mucho más que eso, porque representa a cientos de miles de personas, que necesitan sentirse orgullosas, y merecen estarlo, sean socios accionistas o sólo aficionados. Y todo lo que ha pasado en estos dos últimos años, especialmente en el vestuario, también en algunas cuestiones fuera de él, jamás se debe volver a dar, porque casi 100 años de historia no se pueden manchar como si tal cosa. No, por ahí no, y ellos dos deben ser los responsables del cambio.

Decía Alemany esta semana que "la afición quiere un equipo competitivo, de calidad y que conecte", y un club, por supuesto. Porque el entorno somos lo que somos, y digo somos, y cualquier excusa es buena para sacudir al poder si no me tiene como amigo. Cuando no das excusas para que eso suceda más allá de la mayor o menor afinidad, todo cambia y en positivo. El Valencia debe ser un ejemplo para la sociedad en la que está, por el fútbol y por sus valores, y aunque habrá errores porque aquí nadie es perfecto, lo que no puede hacer es pifias de saldo que nos hagan avergonzar a todos. Esa es la misión de los nuevos gestores no deportivos, amén de otras muchas cosas.