Valencia Basket o la confirmación del trabajo bien hecho

El Valencia Basket jugará su séptima final europea la semana que viene y lo hará tras arrollar al Hapoel Jerusalén en una Fonteta a reventar que marchó en comunión con un equipo que cada día tiene más seguidores. El equipo taronja se enfrentará a Unicaja de Málaga, un equipo al que ya ha ganado tres partidos esta temporada, confirmándose como el gran favorito de cara a esa final continental, la cuarta en menos de diez años. Una final, que además, será la segunda para el equipo de Pedro Martínez en apenas mes y medio. Dos finales de dos posibles, tras hacer, sencillamente, dos campeonatos inmejorables. La puntilla, para esta plantilla, no sólo será ganar la Eurocup, sino también, y por consecuencia, la llegada a la Euroliga tras varios años de ausencia.

Una trayectoria prácticamente inmaculada que pone de manifiesto el trabajo bien hecho de un proyecto ya instalado en la élite del baloncesto español y europeo. Desde hace varios años, tras algún fracaso ciertamente significativo, el proyecto del Valencia Basket ha cogido un rumbo verdaderamente correcto. Con Chechu Mulero en los despachos, y el infravalorado Pedro Martínez, como perfecto capitán del barco, el Valencia Basket consigue hacer disfrutar a su parroquia, una que ya se ha acostumbrado a mirar siempre hacia arriba. Un proyecto, que además, adquiere otro nivel de atracción cuando repasamos el roster del equipo. Con un importante producto español, algo extraño en la ACB actual, y dignificando al máximo el término de equipo por encima de cualquier individualidad.

De momento, el Valencia Basket ya ha conseguido colocar la temporada entre las mejores de su historia, con dos finales. Ahora, el martes, tendrá la opción de empezar a conquistar el siguiente trofeo, el que sería su cuarto título europeo. Por el camino, lo que se lleva el equipo taronja es la admiración de una ciudad que disfruta con cada éxito. Toca seguir soñando.