Alves, Enzo y Parejo, 3 líderes invisibles del Valencia que debieron salir en verano

Los 3 estaban en la lista negra del Valencia, los 3 se quedaron, los 3 son titulares y los 3 son unas decepciones mayúsculas 

Toni Hernández | 12 ENE. 2017 | 00:01

Diego Alves, Dani Parejo y Enzo Pérez, capitanes del Valencia y presuntos líderes del vestuario que no ejercen, referentes en el campo que tampoco lo son, y los grandes errores del ex director deportivo del club, Jesús García Pitarch que no fue capaz de colocar a Alves en el mercado con tiempo, descartó la salida de Parejo para no reforzar a un rival como debía ser el Sevilla, y aceptó que Ayestarán impusiera su criterio tanto con del Coslada como con Enzo, que también estaba fuera y pasó a llevar el brazalete. Ese era el plan, y esta es la realidad, con una temporada pésima por parte de los 3 jugadores más importantes de la plantilla, de 3 capitanes, de los 3 sueldos más altos que hay en el vestuario. Y nadie puede discutir que eso sea así.

Diego Alves maquilla su año parando penaltis, que por cierto dan muy pocos puntos, y sus errores penalizan más que esa leyenda deteniendo penas máximas. La idea de sacarlo en verano porque era el más veterano, el que más cobraba y el que más mercado tenía no era una idea tan loca, y ahora se ha vuelto en contra. No saldré en enero, pero puede tenerlo muy complicado el próximo verano. Que vea buenos partidos del equipo cuando hace el ridículo tampoco ayuda.

Dani Parejo lleva una campaña marcada por su deseo abierto de irse, reconocido públicamente por el ex director deportivo, por sus escándalos con perdón permanente, con su nefasto rendimiento deportivo llevado a la máxima expresión fallando el decisivo penalti en Pamplona contra Osasuna. Parecía claro que no saldría en enero, pero ahora mismo todo puede ser, aunque no será rumbo al Sevilla.

Enzo Pérez era un líder tóxico, luego ya no lo era, más tarde era el capitán, y finalmente ha sido un bluf de 25 millones de euros, que sin estar lesionado como el año pasado, no lee bien ningún partido, no se mide, condición a su juego con constantes tarjetas, concede infinitas faltas al rival cada choque. Una rémora de 3 millones de euros al año, que tiene un mercado limitado, y que el club quiere fuera cuanto antes.