¿El Valencia de Lim es una gran mentira?: Peter, te toca sacarnos de dudas

Tiene a todo el mundo el contra, el modelo no se sostiene, el club va sin rumbo y nadie sale a dar una explicación: sólo queda que lo haga él

Toni Hernández | 08 ENE. 2017 | 09:31

El Valencia de Peter Lim es una gran mentira, o lo que es lo mismo, esa es la percepción que todo el valencianismo, ya sin excepción, tiene del proyecto del multimillonario de Signapur, dueño de la entidad de Mestalla. "Hola Toni. No puedo seguir defendiendo lo indefendible", era el whatsapp que me mandaba de madrugada Jesús García Pitarch, y que me dejaba pensando, porque ese mensaje llega justo una semana después de que el propio Suso saliera a defender el proyecto de Lim, un mes más tarde del viaje de toda la cúpula deportiva para ver al jefe (ya no queda nadie), y unos días posterior a varias entrevistas en las que si bien defendía el modelo, le ponía peros públicamente. No es que no haya defensa a Lim, que no la hay, no es que los gritos de muchos miles le puedan obligar a irse, que esto no va así, es que Peter, con el corazón en la mano y empezando a tener miedo al vacío, o te apoyas en gente buena y válida y vienes y les refuerzas con tu presencia, o esto no se sostiene.

O te vas, que no es ni mucho menos fácil, o todos aquellos que han dicho durante estos dos años que tu proyecto era una mentira y tu un farsante que venía a hacer negocio tendrán tazón, lo que sería poco menos que trágico para el Valencia. Debes venir aquí, debes apoyar a tu equipo de trabajo, debes hacer lo que tengas que hacer para que el equipo estabilice el vuelo primero, y que el club tenga un rumbo claro después. Porque en este ambiente va a ser todo muy complicado. Ven, di lo que tengas que decir, dale cuerpo y forma al propio Peter Lim, que sea de carne y hueso y tan cercano como cuando vino a Mestalla la primera vez. Si, el primer golpe será una bronca histórica, pero no sería más que recoger lo sembrado. Pero la afición del Valencia no se come a nadie, aunque se cabrea mucho cuando las cosas no se las explican.