Kempes-Krankl en el Valencia, lo que pudo ser y no fue

El Valencia estuvo muy cerca de fichar al crack austríaco en 1978, pero el Barça evitó que Krankl llegara a formar pareja de ataque con Kempes

Jose Hernández | 29 DIC. 2016 | 17:46

Hans Krankl, el gran goleador austríaco que jugó en el Barça, estuvo muy cerca de fichar por el Valencia en 1978 y podría haber sido una de las leyendas que hoy recordaran los aficionados de Mestalla. Como todo lo que finalmente no ocurre, resulta imposible determinar hasta donde podría haber llegado una delantera que hubiera sido demoledora: Mario Kempes - Hans Krankl.

Entre 1968 y 1983 solo dos jugadores extranjeros lograron ganar el Trofeo Pichichi de la liga. Mario Alberto Kempes lo hizo en dos ocasiones y el otro futbolista fue el austríaco Hans Krankl, quien tomó su testigo un año más tarde. Ambos fueron dos delanteros extremadamente cotizados a finales de los años setenta y pasaron a la historia por marcar goles clave en los clubes que jugaron y en sus respectivas selecciones. Kempes y Krankl fueron iconos de dos equipos campeones en 1979 ya que el valencianismo celebró el título copero en una final inolvidable ante el Real Madrid y el FC Barcelona conquistó en Basilea la Recopa de Europa con el decisivo gol de Krankl en la prórroga. Pero esa misma temporada las dos estrellas estuvieron muy cerca de jugar juntos en Mestalla.

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En los últimos tiempos las relaciones entre Barça y Valencia han sido buenas, al menos en lo que a transacciones de jugadores se refiere. Pero el fichaje de Krankl es uno de los capítulos más importantes de la historia de disputas en los despachos de los dos clubes. Aquel Valencia que presidía Ramos Costa quería luchar frente a los grandes a base de promesas y talonario, mientras que el Barça comenzó a gestar sus mejores años de la época moderna con la llegada de todo un lobo de las finanzas, Josep Lluis Nuñez. El verano de 1978 fue una época de optimismo para los aficionados valencianistas, ya que el recién renovado Mario Kempes se coronaba en un Campeonato del Mundo en el que fue la máxima estrella. El argentino era el jugador del momento, pero ese torneo también permitió conocer con más detalle a un depredador del área como era Krankl.

El austríaco tenía a sus espaldas cifras anotadoras escandalosas en su país, pero en España comenzó a ser conocido en ese campeonato ya que Austria venció a la selección entrenada por Kubala en el primer partido con un gol suyo. Sus actuaciones dispararon el interés de varios clubes, pero el Valencia fue el más rápido. A Argentina se había desplazado Pasieguito (secretario técnico del club) con el objetivo de recabar informes sobre varios futbolistas, pero existían dos nombres prioritarios en cartera: Bonhof y el austríaco Krankl. Aquel Valencia pisaba con fuerza en el mercado, por ejemplo hay que recordar que Michel Platini también había podido llegar poco antes. El Valencia logró atar a Krankl aunque Pasieguito no estaba convencido de su potencial, de hecho declaró: "Yo de momento no le veo tan fenómeno". Al secretario técnico le impresionaron más otros futbolistas como Causio, Bettega o el alemán Dieter Muller, aunque el club descartó la llegada de todos ellos por su alto precio, sobre todo los que jugaban en Italia.

Ramos Costa no tuvo dudas y agilizó las negociaciones por Krankl. El 20 de junio de 1978 afirmó en declaraciones a La Hoja de Lunes: "Están fichados los dos, Krankl y Bonhof". No quiso entrar en detalles económicos pero sí reconoció que las operaciones habían sido llevadas por el directivo Baltasar Alemany y el hermano del presidente, Juan Ramos Costa. En aquella época solo podían jugar dos extranjeros por equipo, pero la probable nacionalización de Kempes permitiría que las dos estrellas vistieran la camiseta del Valencia. El alemán Bonhof terminó llegando, y no le faltaba razón a Ramos Costa cuando dijo que el fichaje de Krankl estaba cerrado ya que el acuerdo con el Rapid de Viena era total a expensas de la firma del jugador. En los siguientes días la prensa nacional dio por hecho que el todopoderoso delantero centroeuropeo jugaría en el Valencia, e incluso en Italia aparecieron unas declaraciones del propio Krankl en las que afirmaba sentirse muy motivado por poder jugar al lado de Kempes.

Y es que esa misma semana el delantero argentino del Valencia firmaría los dos goles que terminaron dando a su país el título mundial; los aficionados valencianistas se frotaban las manos. Pero lo cierto es que la firma del jugador no llegaba y en el fondo planeaba la sombra de un tardío interés del FC Barcelona por contratar al futbolista. El club azulgrana buscaba un sustituto para Johan Cruyff, quien terminaba de abandonar el conjunto catalán. El preferido era Kevin Keegan, pero el inglés rechazó la posibilidad de llegar al Camp Nou y en los últimos días del mes de junio la situación dio un giro de 180 grados: Krankl terminó vistiendo de azulgrana ante la impotencia valencianista. El propio futbolista contaba su versión de los hechos años después en una entrevista de televisión:

- Durante los últimos días del mundial hablé con mi abogado y me dijo: has fichado por el Valencia, el Rapid de Viena ha llegado a un acuerdo y solo falta tu firma. Al día siguiente me llamó y me dijo: "mañana vienen el presidente y el vicepresidente del Barcelona, además del entrenador Lucien Muller, quieren ficharte". Yo pensé que era una broma y me preguntó, "¿hablamos"? y dije que sí. Yo tengo todo el respeto por el Valencia, pero cuando tuve la oportunidad solo quise ir al Barcelona.

El club catalán aceleró las negociaciones de forma vertiginosa. Joan Gaspart viajó junto a Nicolau Casaus (quien ya había mantenido contactos con el futbolista meses atrás en su candidatura a la presidencia azulgrana) y en pocas horas convencieron al agente de Krankl. Esa misma tarde el Valencia recibió la notificación de que el acuerdo quedaba roto, y como es previsible, la noticia sentó como un jarro de agua fría; había comenzado el "Caso Krankl". Rápidamente el Valencia se apresuró a presentar en la Federación Española la documentación que tenía firmada por el Rapid, e inmediatamente varios emisarios del club valenciano viajaron a Viena para aclarar la cuestión y avisar de que llevarían el asunto a las más altas esferas para hacer valer sus derechos si hacía falta, pero la firma del jugador no figuraba en ningún documento. ¿Falta de ética o astucia por parte del Barça? Las dos partes en litigio tenían clara su postura:

Nicolau Casaus (vicepresidente del FC Barcelona): "Tenemos los contratos de club y jugador. En Valencia que digan lo que quieran, el jugador es nuestro y nadie nos lo va a quitar. No tememos represalias en absoluto, el Valencia es un gran club, no olvide que hablamos entre caballeros".

Joaquín Aracil (secretario general del Valencia CF): "Es un asunto delicado y desagradable, además en este tema el Valencia ha actuado con corrección, porque aunque solo seamos un club, somos un club señor.

La Federación Española alertó al Valencia de que el compromiso con el Rapid no tendría validez sin la firma del futbolista. A los de Mestalla se les escapó el fichaje por poco tiempo y probablemente por un exceso de confianza a la hora de agilizar la operación. Nuñez y su equipo utilizaron sus armas para convencer al jugador aunque el Valencia intentó a última hora igualar e incluso superar la oferta azulgrana. Salvador Gomar, gerente valencianista, declaró a la desesperada: "Apelamos a la caballerosidad de Casaus y esperamos que el Barça se retire", pero finalmente Krankl fue presentado el 30 de junio de 1978 en Barcelona. Aquella misma semana el Valencia cerró el fichaje de Bonhof por una cifra astronómica, y es que aquel club presidido por Ramos Costa no escatimaba a la hora de hacer saltar la banca, una osadía que a pesar de los títulos terminaría pasando factura al Valencia. Tras el fracaso de la "Operación Krankl" los de Mestalla querían más, e incluso se habló de que había dinero suficiente para fichar a Rummenigge. La estrella del Bayern no firmó pero sí lo hizo Solsona, otro futbolista por el que Barça y Valencia lucharon en el mercado.

Ese gran Valencia terminó ganando títulos después de ocho años de sequía, y en el caso del Barça comenzó una hegemonía europea que se trasladó a las siguientes décadas. Jamás se pudo ver en España a una delantera formada por Mario Kempes y Hans Krankl, pero a buen seguro que jugando juntos habrían marcado época. A los dos grandes cañoneros extranjeros de finales de los setenta les faltó muy poco para compartir vestuario en Mestalla.