El fútbol femenino valenciano del pasado

En los años treinta la prensa se hizo eco del incipiente éxito de un grupo de jugadoras valencianas. No eran tiempos fáciles para el fútbol femenino

Jose Hernández | 25 DIC. 2016 | 19:33

El fútbol femenino valenciano disfruta de buena salud en este momento, Levante y Valencia se codean con los mejores clubes de España al mismo tiempo que la afluencia de espectadores y el seguimiento mediático va en aumento. Se trata de una buena noticia, pero todavía queda mucho camino por recorrer. La historia del fútbol femenino está cargada de contratiempos y prejuicios que impidieron la normalización de las competiciones. Resulta difícil encontrar documentos de prensa antiguos en los que las mujeres futbolistas sean las protagonistas, por ello nos parece interesante rescatar un reportaje que el semanario madrileño AS dedicó al fútbol femenino valenciano en los años treinta.

Tal y como recogió Jaume Miserachs en Mundo Deportivo, en 2014 se cumplieron 100 años del primer partido de fútbol femenino jugado en España. Otros historiadores como Fernando Arrechea han difundido estudios en los que se analiza la evolución de esta disciplina en las primeras décadas del siglo XX. En todos ellos se aprecian las aspiraciones que tenían las pioneras en conseguir el respeto que su actividad merecía, pero lamentablemente al fútbol femenino le acompañó siempre un entorno jocoso, folclórico y con mucha frecuencia el juicio ofensivo de una sociedad que todavía vivía anclada en posiciones machistas. En el caso valenciano existen investigaciones que demuestran la celebración de partidos durante los años veinte y treinta, y es precisamente en esta época cuando se producen manifestaciones "más o menos" organizadas de fútbol femenino en la ciudad.

En 1932 se publica un extenso reportaje en el semanario AS firmado por el periodista Rafael Hernández Zafrilla. Se trata de un documento excepcional ya que el fútbol femenino tenía muy poca presencia en los medios de la época y era considerado prácticamente como una rareza. En el texto no faltan alusiones de corte machista y comentarios que a día de hoy consideraríamos auténticas faltas de respeto a la libertad. Sin embargo, este tipo de citas eran habituales en aquel tiempo y reflejan a la perfección las dificultades a las que se enfrentaban las primeras futbolistas españolas. El texto comienza así: "La ola feminista nos envuelve a todos. Estamos ya francamente abocados a una igualdad de derechos masculino-femeninos. Igualdad para el voto, igualdad para el divorcio, igualdad en el derecho, sobre todo en el derecho al pataleo, al pataleo a una pelota de fútbol". El artículo presenta a "Las primeras futbolistas profesionales que ha dado España".


El texto continúa cargado de tópicos: "Valencia, tierra de artistas, de esto y de lo de más allá, ha sido la cuna de los primeros Teams de pross femeninos […] las muchachas le tomaron gusto a eso de patear el cuero, oyeron hablar de traspasos, de la fuga de Rubio, del Mago, de Bala Roja, y se decidieron a balarrojear, maguear,fugarse y todo lo que fuera preciso para epatar a los equipiers masculinos". En el reportaje se hace referencia al éxito obtenido por cuatro equipos femeninos formados en la ciudad del Túria: Valencia, Levante, Athletic y España. Según cita Zafrilla, las jugadoras ya habían tenido éxito en numerosas ciudades: Barcelona, San Sebastián, Zaragoza, Sevilla, Granada e incluso Biarritz o San Juan de Luz. Pero anuncia un calendario todavía más ambicioso con una gira por América: "Cinco partidos por tierras del Brasil, cinco en Chile, cinco en Perú, cinco en la Argentina, Habana, Caracas, Panamá y Méjico, Y después, quién sabe si pasarán a tierras del dólar. Y aún puede que alguna delantera, zaguera o guardameta quede en Hollywood presa del encanto del celuloide".

Los clichés vuelven a aparecer cuando el redactor trata de acercarse a la figura humana de las jugadoras y por supuesto ellas posan felices para la posteridad: "Las fotos y un rato de charla con las capitanas. Charla agradable, como las de todas las mujeres, aunque sean más feministas que Margaret Bondfield […] Con rara unanimidad desaparecen todas al vestuario para hacer el obligado retoque, golpe de "rouge" y caricia de borla. Salen todas como para un concurso de belleza y peinado. No falta la entrevista personal (con tintes de coqueteo) a la subcapitana del Valencia Pepita Martínez:

- A propósito de rivalidad - pregunto - ¿Están igualadas las fuerzas? (Pepita responde presta, hundiéndose la gorra y recogiendo unos ricillos rebeldes)

- Eso que usted ha dicho tantas veces en sus crónicas de que el fútbol no tiene lógica es una verdad más grande que un chut de Samitier. Todos nos dicen que mi equipo juega mejor. Pues bien, hace más de diez partidos que lo más que conseguimos es empatar con el España, ¿usted se explica esto?

- Yo no, ¡Guapa!

El reportaje termina con una reflexión sobre el futuro del fútbol femenino en España, pero sin abandonar el tono jocoso y pícaro que predomina en todo el texto. Zafrilla se plantea: "En España, como el ataque del fútbol femenino venga por derecho, va a ser muy difícil ponerle trabas ¡Ahora que las mujeres tienen voto! […] Sea bienvenido el fútbol femenino, en el que también triunfará, como en el escenario, la que tenga mejores piernas"