Un Valencia en guerra es intolerable: causas de la crisis y soluciones

El club parece ahora mismo un avispero, su entorno algo peor, y eso es mucho peor que perder puntos en el minuto 93 cada semana

Toni Hernández | 05 DIC. 2016 | 08:17

El Valencia no puede ser ahora mismo un club en guerra, eso es un pecado mortal que no está permitido, porque si eso ocurre, perder puntos en el minuto 93 como contra el Málaga, o dejar de ganarlo como en Sevilla, va a ser un juego de niños, aunque está claro que esta situación beneficia a algunos sectores dentro de la lucha eterna de poder, que ahora mismo no es que debiera estar en segundo plano, es que tendría que ser algo que ni se planteara. Ahora mismo esto va de ganar el fin de semana a la Real Sociedad y acabar el año en Liga de la mejor forma posible, y nada más. Desviar la atención con otros temas, por mucha o poca razón que se tenga por parte de unos y otros, es un ejercicio de egoísmo impropio de gente que de verdad quiere a un club.

- Peter Lim: el dueño va a seguir siendo dueño, y de sus decisiones va a depender el futuro a corto plazo del club. Se le puede gritar, chillar, pitar, insultar o lo que se considere, pero lo cierto es que de él depende que se pague en tiempo y forma la multa de Bruselas y que haya capacidad para hacer fichajes en el mes de enero. Sigue sin haber ninguna alternativa mas que el "que se vaya el chino", y eso no llega ni a medio serio.

- García Pitarch: la figura del director deportivo, la de Suso más, siempre ha sido peculiar, y se lleva un gran porcentaje de palos, bien en forma de crítica a su trabajo (la ausencia del 9 penaliza en todo), bien en forma de considerarle el pelota de Lim que traga con todo. Aún así, de su trabajo para enero va a vivir el Valencia lo que queda de año. El 30 de junio veremos qué pasa, pero eso queda muy lejos.

- Plantilla: hay la que hay hasta el 2 de enero, y desde luego no es tan mala como para vivir casi en puestos de descenso. Que falta está claro, que no hay 9 también, pero de ahí a ser un coladero permanente y un manojo de nervios más propio de un equipo formativo que de uno profesional, no tiene sentido ni justificación.

- Grada de animación: este tema hay que zanjarlo de una vez, pero ya. El club no puede tener encabronada a tanta gente, ni por esta situación qie ya se ha tensado por ambas partes de forma definitiva dividir al personal. La imagen de la Curva Nord y Mestalla pitando es el reflejo de una situación grotesca que ahora mismo no se puede permitir.