La maldición arbitral en el Sánchez Pizjuán

El Ramón Sánchez Pizjuán es un verdadero calvario para los jugadores del Valencia CF. El campo del Sevilla se ha convertido en un bastión inexpugnable para casi cualquier equipo, pero más concretamente para un Valencia que no gana allí desde hace doce años, es decir, desde aquel partido que con dos goles, uno de Vicente y otro de Baraja, el Valencia se proclamaba campeón de liga. Una maldición que se extiende ya durante quince partidos y que han contribuido a forjar una de las rivalidades más importantes de los últimos años en el fútbol español.

Pero además, el Valencia tiene otro récord negativo en el Sánchez Pizjuán, y es que el equipo de la capital del Túria lleva siete expulsiones consecutivas en los seis últimos partidos. Algunas de ellas justas, pero la gran mayoría injustas. Expulsiones que en muchos casos han privado al Valencia de conseguir la victoria. Topal, Aduriz, Jonas, Ricardo Costa, Rodrigo de Paul, Javi Fuego y Joao Cancelo, estos dos últimos en el partido de la temporada pasada. Siete años consecutivos sufriendo una expulsión que condicionaba, ya de por sí, la difícil tarea que es ganar en el feudo sevillista. Unas expulsiones que se unen a la de David Silva en 2006. En total, en los últimos 10 años, el Valencia ha visto como le expulsaban a ocho jugadores, mientras que al Sevilla sólo le han expulsado a uno.

Este año, durante la temporada, el Valencia sólo ha visto como Enzo Pérez debía salir antes del terreno de juego por expulsión. Igual que el Sevilla. Algo que cambia, significativamente en los penaltis. Tan sólo un penalti en contra le han pitado al conjunto de Sampaoli, mientras que al Valencia ya le han pitado seis en contra en apenas 12 jornadas transcurridas de liga.