El Valencia tiene 4 días para pagar la multa de 23,4 millones de la UE: sigan callados, que pague el chino

96 horas para pagar o encontrar una solución a un problema que generaron otros, que por cierto siguen callados, como sus defensores

Toni Hernández | 02 NOV. 2016 | 07:06

El Valencia tiene 96 horas para solucionar un problema de 23,4 millones de euros, la multa que le impuso la Unión Europea por ayudas que recibió el club en forma de préstamos con condiciones excesivamente ventajosas en 2009, que sirvió para la ampliación de capital efectuada ese año con Manuel Llorente al frente de la institución, y que resultó el mayor engaño en casi 100 años de historia a una afición que se dejó 18 millones cuando todo estaba pactado para que el dinero público lo cubriera. El préstamo fue aprobado por el Instituto Valenciano de Finanzas y se hizo a través de Bankia, con políticos y cargos de la caja pública al tanto de todo. Volver a explicar que el crédito fue a la Fundación, que lo aprobaron personas ajenas al club y que además fue devuelto hace casi dos años por el actual dueño Peter Lim es perder el tiempo, lo sé, pero es que faltan 4 días para evitar que se cometa un atropello que muchos van a silenciar.

La Generalitat Valenciana, institución clave en ese préstamo y que aunque ahora tenga unos inquilinos de otro partido distinto al que estaba en 2009 es el máximo responsable, sigue dando largas cambiadas, porque si bien es cierto que la voluntad, al menos de palabra, del President Ximo Puig es la de ayudar, no piensa igual su vicepresidenta Mónica Oltra, que hace el doble juego de "yo siento la camiseta de mi club" pero "hay que devolverle el dinero a los valencianos", que son dos errores de bulto, porque los políticos no deben tener colores a ese nivel, y a los valencianos ya se les "devolvió el dinero". El director general del Instituto Valencia de Finanzas, Manuel Illueca, levantinista acérrimo, es quien más pegas está poniendo, cuando curiosamente su entidad fue la que dio el préstamo de forma efectiva. 4 días, mucho dinero, y muchísimo más silencio. Qué curioso, con lo que nos gusta chillar aquí otras cosas.