El Valencia - Barcelona se terminó: nada de árbitros y hablemos de fútbol

No se puede arrastrar más una polémica que no va a dar más y que despista de lo realmente importante y urgente: ganar al Deportivo

Toni Hernández | 25 OCT. 2016 | 09:40

El Valencia - Barcelona y el arbitraje de Undiano Mallenco serán para siempre uno de esos escándalos sonados de la historia de Mestalla, con el Barça ganando con ayudas impropias y con un final de partido marcado por un imbécil con una botella y unos jugadores que que ya demasiadas veces faltan al respeto al público con insultos y provocaciones, y al final, el respetable es el que pague este circo, en el que por cierto hay demasiados payasos de los malos. Pero eso ya es pasado, y arrastrar más el tema ya sé que ayuda a tener audiencias y a gente enchufada acordándose de la madre del árbitro y de los jugadores del equipo contrario, pero no al equipo. Recuerdo muy bien el año 2004. El Valencia fue robado de forma increíble en Madrid, con aquel penalti de Marchena a Raúl que sólo vio Tristante Oliva. El siguiente rival era precisamente el Barcelona en Mestalla, y el equipo, la prensa, el estadio, todos, pensamos que el colegiado de turno, Rubinos Pérez, nos "daría" lo que nos habían robado la semana anterior. Valencia 0-1 Barcelona, con gol de Gerard López, así acabó todo.

Pensar que ahora se monta la mundial y que todo va a cambiar no tiene sentido práctico, quizá sí periodístico, pero no en la vida real. Suso apretó el domingo e hizo lo que debía. Y la sanción es la estándar. Yo hice lo mismo en su día cuando era presidente y me cayó eso. Los medios han apretado, perfecto. Se ha identificado al de la botella, perfecto. Se ha dicho que los jugadores del Barça, algunos, dieron un espectáculo lamentable, perfecto. Ya está. Deportivo - Valencia el lunes que viene, ver qué se hace con el lateral izquierdo, si subimos a Lato o hacemos experimentos, cómo ajustamos los problemas defensivos para cerrar la portería, cómo se logra atacar con más fluidez. Todo lo demás está bien, forma parte del show, pero lo que marca el entorno en su pensamiento es lo que termina sucediendo, y si no hablamos ya de fútbol, mal.