Respeto al Valencia Club de Fútbol, al escudo, al club

Me voy haciendo mayor, y ante ciertas actitudes se va teniendo menos cuerda, menos aguante, y el Valencia no puede ser la excusa de todo siempre

Toni Hernández | 04 OCT. 2016 | 11:13

El fútbol es una pasión que me inculcó mi padre de forma inconsciente, ya que él era un apasionado de este deporte, un valencianista de los pies a la cabeza, un fijo del sector 8 desde los años 60, y lo que me dejó fue ese amor por un deporte y unos colores que todavía perduran, porque el Valencia es y será el equipo de mi vida, aunque fui el hombre más feliz de la tierra en Huracán y disfruto y aprendo ahora en club histórico como el CE Sabadell para intentar devolverlo a su lugar. Hace poco, alguien muy importante en y para el Valencia me dijo que era un gran valencianista, y me llenó tanto e orgullo que esa noche me costó hasta dormir. Y si soy eso que me dijo esta persona es dende la honestidad de decir siempre lo que pienso, pero haciendo primar una cosa que está pasada de moda: respetar a una institución casi centenaria. La única estrella que hay aquí es el escudo, la única verdad el Valencia, y los que piensen que están por encima sobran, sean quienes sean, se llamen como se llamen.

En los tiempos que vivimos, muchos periodistas nos podemos llegar a creer (siempre usaré la primera persona del plural) que el club es nuestro o mandamos nosotros, que cuando no se hace lo que queremos o nos viene mejor el club es un desastre, o una mierda, que aquí la mesura se perdió hace tiempo para todo. Lo que viene pasando en el Valencia desde hace unos pocos años para acá es simplemente vergonzoso, por todo y para todos. Esa guerra abierta que parece que jamás se cerrará entre los que son un bando y son de otro (aunque no me queda nada claro quiénes y cuántos bandos hay), ese interés partidista de "lo mejor es lo que me conviene a mi y a los demás que les den", ese defender al amigo o lo que dice el amigo porque es amigo y no porque sea razonable, ese insulto permanente al que no piensa igual, ese desprecio al club y a la gente que trabaja todos los días por él porque no se está dentro... Despreciable, asqueroso, bochornoso. He visto llorar de rabia a valencianistas amigos en los últimos meses más por estas cosas que por perder las finales de Champions League, y eso duele mucho. Si a todos nos duele tanto, ¿qué carajo hacemos discutiendo siempre y siendo incapaces de ponernos de acuerdo