Pako Ayestarán sería un gran hombre de club, ¿y entrenador del Valencia?

Se puso al frente para sacar al Valencia de un marrón gigante, lo consiguió, y la duda es si darle más o dejar ahí esta aventura

Toni Hernández | 09 MAY. 2016 | 22:12

Hablar de Pako Ayestarán en el banquillo del Valencia 2016/2017 es duro, primero porque para mi siempre estará asociado a un Valencia eterno, el de él mismo y Rafa Benítez, histórico, irrepetible, y para gente que lo vivió tan cerca en el día a día como yo, no ver de corazón a Pako como el futuro en el banquillo de Mestalla es duro, porque es un tipo que quiere al club, que es muy válido, que tiene muchas cosas buenas, que puede aportar en muchos campos infinidad de cosas, un hombre de club, de esos que ya no quedan porque ese perfil, ahora que nos gusta tanto hablar de esa palabra, ya no se da. Pero Pako no querría ese papel intuyo, y sería todo o nada, y quizá tampoco eso sea justo para nadie. Ayestarán sacó al Valencia del lío en el que estaba con esas 3 victorias seguidas que dentro de un tiempo ya nadie recordará, pero que fueron lo único bueno que se podrá sacar de un año lamentable.

Él sabe que algo no va bien de cara a seguir, porque Lim cenó con el actual entrenador del Valencia en su primera noche en la ciudad, pero después no ha vuelto a verlo en un ambiente íntimo como ese, aunque si ha tenido varias charlas largas con García Pitarch. Dejaba un mensaje para leer con calma antes del partido contra el Madrid, "hubiera estado bien saber algo de mi futuro, pero no me molesta". Es el discurso de un hombre de club, es un "me huelo que no sigo, pero no hablo mal del Valencia porque me importa demasiado". Pero nadie va a escuchar una mala palabra de Ayestarán pase lo que pase, espero no equivocarme, y soy de los que piensa que debe seguir en el club, que gente de su nivel no es que abunde, y desde luego, nunca está de sobra.

Poca experiencia de primer entrenador, poco bagaje en ligas fuertes, aunque si domina la psicología del jugador y ha mejorado la auto estima de un grupo que estaba muerto, y que al menos ha dado alguna señal de vida, aunque fuera por poco tiempo. El Valencia 2016/2017 va a tener un grado de exigencia y responsabilidad enorme, gigantesco, porque esta temporada va a marcar mucho esa no paciencia que habrá en el ambiente, y quizá Ayestarán no sea ese hombre para el banquillo. Es complicado, pero cada vez se tiene más claro que no, que el servicio dado a la entidad es grande, que era el remedio, pero no la solución a largo plazo.