Tengo malas noticias, o buenas, ya no sé: Peter Lim quiere un Valencia más fuerte y sólido, y le ha dicho a su gente cómo

5 horas ha tenido Peter Lim a su equipo escuchando qué quiere y cómo lo quiere, y el resumen es sencillo: haced el mejor club del mundo

Toni Hernández | 03 MAY. 2016 | 00:00

Peter Lim quiere hacer del Valencia el mejor club del mundo, porque este tipo de perfiles no se meten en una empresa de este nivel ni para ser segundos, aunque luego no acaben ganando nunca, porque ser campeón a veces no es ser campeón, y Peter Lim quiere ser las dos cosas en Mestalla. Si, viendo que estás fuera de Europa, 4 entrenadores, haciendo el ridículo en muchas fases del año, con una afición que ni se enfadó al perder contra el Villarreal, te puede hasta irritar leer esto, pero Lim tiene claro que es el máximo responsable, porque es quien ha escogido los hombres y los nombres, y ha habido errores, de los que aprender, no que repetir. Ha cogido el mando de la nave en primera persona, en Valencia, con todo el mundo por testigo, y sin esconderse, ha ido marcando las pautas de lo que quiere, cómo lo quiere y de quién lo quiere a Lay Hoon, García Pitarch y Alexanco. Puedes querer verlo o no, pero es lo que hay, aunque a alguno le mate, porque es más fuerte el odio personal, o el miedo a lo que no conoces, que ver la realidad que tienes delante.

Ser el mejor club del mundo es una filosofía, no un concepto en sí mismo, que aquí en Valencia tenemos mucho arte y mucha mala baba. Cuando al frente de tu club tienes a un ganador, lo primero que te pasa es que te obliga a ser ganador, a ir a muerte, a no defraudarle. Eso le ha pasado a Lim este año, y aquellos que lo han hecho pagarán su falta de respeto con su salida, sea en el campo que sea, porque si tu pones 200 kilos, tu firma y a tu gente de máxima confianza, por mucho que haya gente en Valencia empeñada en decir que eso no tiene valor, es que vas a por todas. Lo confieso, Lim me recuerda a alguien a quien tengo una estima enorme, que me enseñó que salir a ganar es la única opción, y que si pierdes dando todo lo que tienes puedes dormir tranquilo. A Lim no le conoce nadie, le juzgan todos, y nadie se para a leerle entre líneas, que es donde está la esencia de estas cosas.

Miedo a lo desconocido, miedo a que Lim sea más normal de lo que parece, miedo a que no se vaya, a que se quede, a que haga un gran Valencia, a que salga bien, a que se acierte en la plantilla y el entrenador, y que la pelota, que todo se debe dar. Miedo a que las cosas no están tal mal hechas, pero han salido, miedo a que no vuelva a salir al revés. Miedo a que el Valencia sea el mejor equipo del mundo otra vez pero nadie tenga nada que ver excepto su dueño, su gente de confianza, y desde luego, para los únicos que se trabaja todos los días: la afición.