El modelo futuro para el Valencia de Peter Lim

Con la salvación en la mano, ahora toca decirle al dueño cómo tiene que hacer las cosas y en qué y quiénes gastarse el dinero: somos genios

Toni Hernández | 12 ABR. 2016 | 08:35

El Valencia, salvo hecatombe sin precedentes y que los 3 de abajo se pongan a jugar y ganar como no lo han hecho en todo la temporada 2015/2016, aseguró con su victoria al Sevilla la permanencia. Quizá falte algún punto, pero sacando 9 y quedando 18, mal se tiene que dar. Eso nos ha hecho pasar del miedo absoluto a exigirle al dueño cómo tiene que hacer las cosas, "cambia el modelo que este no nos gusta". Nosotros somos así, un tipo pone la pasta y nosotros le décimos qué debe hacer con su dinero. Quiero recordar al personal, aunque sé que no le hace gracia a nadie, que el modelo es el mismo que el del Valencia 2014/2015, el que llegó a la Champions, el que decíamos que había recuperado el orgullo del club, ya sabéis, #juntstornem, igualito. Hasta con el mismo entrenador al principio, para que no nos falte de nada. Y yo que el año pasado no veía a nadie decirle a Peter Lim que así no...

No estoy de acuerdo con todo lo que veo, que puedo ser partidario de Lim pero no soy ni ciego ni tonto, y que no me paga nadie para pensar cómo se me diga, vuelvo a decir que exigirle al dueño del club cómo debe hacer las cosas es entre cómico y absurdo. "Debe estar aquí". Hombre, si se le viera más estaría bien, más de cara a la galería que de forma efectiva, pero aquí somos mucho de quererle ver el careto al que manda, porque así le podemos hacer un poco la pelota, o pedirle algo, o esperar que le diga algo a alguien y con una indiscreción enterarnos. Seamos serios. Vuelvo a poner el ejemplo, porque a fin de cuentas es el empresario valenciano más importante que existe. ¿Alguien imagina a Juan Roig, todos los días, encima de sus empleados? ¿Piensa alguien de verdad que visita cada semana, o cada mes, todas sus tiendas? Y mira que Juan es mirado para estas cosas… Pero es que para eso tiene un equipo de directivos de confianza total, sus ejecutivos. Sus Lay Hoon y Kim Koh, para entendernos.

Estamos acostumbrados a un club de otro siglo, de otro estilo. A la prensa, además, nos gusta pensar que mandamos, que si algo no nos gusta, si nos cabreamos y la liamos, cambia. El Valencia de toda la vida, pero es que ahora no va así. Mi amigo Ximo Ríos Capapé dice que estoy cansino con el tema, y yo le doy la razón, pero es que seguimos en las mismas: queremos que el dueño pague la fiesta pero mandar nosotros, y eso no funciona así. Para mi es una delicia hablar con Ximo, o con Santi Fernández, y desde luego no ponerme de acuerdo con Paco Polit (no te vayas muy lejos del periodismo, porque ni sabes alejarte porque te gusta demasiado, ni el periodismo está tan sobrado de buenos profesionales), pero es que Peter Lim ha puesto 200 kilos, tiene el 80% del club, pagó el crédito de la vergüenza que hundía al Valencia en la miseria y metía a mucha gente en la cárcel, si, en la trena, y ha puesto y pondrá a su gente de confianza hasta el día que se vaya. “Ha tragado con García Pitarch”. En fin, vale. Sin menospreciar a Suso, lo que se hacía en esta ciudad hasta hace dos meses por cierto, para tener claro que Neville era una ruina no hacía falta ir a Salamanca. Lim hará un gran Valencia, a mi no me cabe ninguna duda, pero con sus ideas, con su modelo y con su gente, no con quien nosotros le digamos. Por cierto, por los traumas de la prensa: si el equipo gana, a la gente, al valencianistas, le importa un pito quién mande, por si lo habíamos olvidado.