El entrenador que quiere el Valencia y todo el valencianismo

El entrenador del Valencia 2016/2017, el que tiene que elegir Peter Lim entre los candidatos que debería presentarle Suso García Pitarch, y de los que pedirá opinión a Jorge Mendes, que presentará en Mestalla Lay Hoon ante una afición deseosa de éxitos que ya toca volver a tener, es, ni más ni menos, el que saque partido a la plantilla que le pongan, el que entienda el club en el está, con sus circunstancias particulares, y sepa adaptarse mejor a una institución exigente, que lo da todo, pero que también lo pide todo. Si alguno se ha acordado de toda mi familia, lo siento, pero quien vaya a elegir al entrenador no soy yo, ni ningún periodista, ni ninguna encuesta, sino Peter Lim de forma totalmente personal.

La lista de nombres ya la vamos sabiendo, y quizá tenga en cabeza de preferencias a Manuel Pellegrini, que a mi personalmente no me ha gustado nunca, y con Sanpaolo y Mendes cerca también, por aquello de ser su agente, o Juanje o Quique, o incluso Rafa Benítez si acaba desciendo el Newcastle. Nombres y nombres, perfiles y perfiles. La elección de un entrenador, siendo importante, se eleva a cuotas que no son las reales, porque la primera piedra es el material humano y futbolístico que tenga ese técnico, que lo pueda hacer mejor, y que se adapte a las exigencias y particularidades del club al que va. Técnicos del perfil “aquí mando yo, se hace lo que yo digo, y cuando me voy no queda nada vivo”, es de otra época, de otro tipo de clubes, de un fútbol rancio que algunos siguen jugando, y así les va.

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Hay que mirar en 3D, es decir, no sólo un nombre o un perfil. Quien venga debe entender dónde viene, no decir que lo entiende, sino hacerlo de verdad. Y se le tiene que dejar muy claro que en Valencia nos gusta ganar, y que cuando nos pasa nos cabreamos a nivel de Madrid o Barcelona, pero no tenemos ni a Cristiano ni a Messi, pero queremos ganarles. Si, no es fácil de entender, ni las Fallas tampoco, pero es lo que hay. Y además hay un dueño, que tiene amigos muy fuertes y poderosos en el mundo del fútbol, y que no es que sea caprichoso, es que es el dueño, y manda, y con eso hay que saber torear. Pienso en esta frase y descarto a Paco Jémez, pero quién soy yo, sólo un tipo que debe contar las cosas que pasan, y no decidirlas.