El Valencia juega Europa League con el Rapid de Viena: a 8 partidos de la final

Después del partido contra el Espanyol, que ganó el estadio y su gente, ¿nos planteamos que se está a 8 partidos de una final europea?

Toni Hernández | 16 FEB. 2016 | 15:47

El Valencia anunció, en medio de la vorágine que se montó con las entradas y los abonados en los cuartos de final de Copa del Rey contra la UD Las Palmas, que en el encuentro de ida de 1/16 de final de la UEFA Europa League, o sea, el jueves, la entradas para todos aquellos que pagaron el carnet en verano sería gratuita, y después de ver el espectáculo de Mestalla el día del Espanyol, uno que es de sueño fácil piensa que se está a 8 partidos de jugar una final europea, algo que no sucede desde hace 12 años. Y a la vez, bien despierto y con la cabeza muy fría, imagina el templo tan caliente como hace unos días, volcado con su equipo, y apretando como bestias, y que pasar rondas no sería una locura, y que Madrid y Barcelona esto no lo juegan.

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Está claro que el desgaste mental y psicológico de partidos como el del Espanyol es duro, que soportarlo meses es complicado, pero quizá nadie recuerda, o pocos, aquel Valencia que empata a 1 en el Bernabéu con el famoso penalti de Marchena a Raúl, y que el equipo se queda a 8 puntos del líder. El desgaste fue mucho más bestia, y se jugó y ganó la UEFA, pero había una afición y un equipo que creía de una manera bestial, que se lo empezó a creer cuando peor estaba, y en el mes de febrero, como ahora. Esto es una cuestión, además de muchas más cosas, mental y de fortaleza. Si todos empezamos a creer se da un paso, si Mestalla se llena el jueves, otro más. Pasar dos rondas, plantarte en cuartos, y desde ahí, la motivación viene sola. Igual no se acuerda todo el mundo, pero cuando se jugaron los cuartos de la UEFA 2004, Mestalla vibraba...

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No se trata de vender pieles de osos que no existen, se trata de creer que una competición es disputable, y si todo el mundo se la toma en serio y hay cierta dosis de suerte, hasta ganable. Es una forma de recuperar la autoestima, la confianza en una plantilla que no es tan mala como decían 12 partidos sin ganar, que igual no es tan buena como para pensar en ser campeones de nada, pero es que hay veces que el orgullo no sólo se conquista con victorias finales, sino con triunfos diarios, con estar convencido de que algo es posible. Este club se quedo a un minuto y un gol del Sevilla de jugar la final de 2014, y un año más tarde volvía a la Champions. ¿Casualidad? No creo especialmente en ellas, sino en que los factores, cuando se dan de cierta forma, siempre terminan dando resultado. Crean en la Europa League, que encima de momento es gratis.

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