Curro Torres, un tipo poco conocido, válido, y con un par

Desde que las lesiones decidieron que su carrera terminara antes de hora, Cristobal Emilio Torres Ruiz, (Ahlen, Alemania, 27 de diciembre de 1976, aunque criado en Santa Coloma de Gramanet), Curro siempre tuvo claro que su destino eran los banquillos, y se empezó a formar para poder estar a la altura de su propia exigencia, que es alta, muy alta, y en los casi dos años que lleva en el Mestalla, se puede comprobar.

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Como jugador tuvo que ganarse cada centímetro de éxito que consiguió, porque nadie le regaló nada, porque tuvo que sufrir mucho, vivir un par de cesiones saliendo del Valencia, y en un momento dado, cuando tuvo su gran oportunidad, la agarró tan fuerte que acabó siendo mundialista con España en Japón-Korea 2002, algo que nadie, quizá ni él mismo, podía haber soñado con alcanzar.

Todo ello después de una temporada bestial con el Valencia, en la que terminó siendo el lateral derecho titular del equipo en el título de Liga que se terminó consiguiendo nada menos 31 años después. Cuando todo parecía ir bien, una grave lesión de rodilla en el curso siguiente le dejó muchos meses fuera, y el equipo lo pagó porque su papel era mucho más importante de lo que parecía. Volvió el año del doblete para ser de nuevo vital.

Pero el Curro entrenador es quizá menos conocido todavía que el Curro jugador. Desde que lo dejó, incluso antes, quería aprender, mostraba interés, y eso se lleva o no se lleva. Dispuesto además a todo, porque no le tiene miedo a nada y goza de una confianza en sí mismo que ya la quisieran muchos. A mi no me importaría tenerla, sin poner otro ejemplo más lejano.

Pudo incorporarse a Huracán, y bien mal que me supo no hacerlo, pero quizá no era el momento, y dio sus pasos en el fútbol formativo, hasta que la salida de Nico Estévez (las cosas del destino, ex entrenador de Huracán), hizo que se planteara una disyuntiva en el Mestalla: Curro o Baraja. El Pipo estaba en el División de Honor peleando por la Liga, que terminó consiguiendo, y Curro, con esa confianza de la que hablábamos antes, se tiró al ruedo.

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Ganando un partido (el destino es más aún que caprichoso) a Huracán por 3-0 en la Ciudad Deportiva, puso pie y medio en la salvación, y aunque luego sufrió lo indecible, con un play-out contra el Algeciras terrible, ganando 1-0 en casa y 2-3 allí. Jaume, Gayá o Robert (ahora en el Granada), fueron titulares en aquellos dos partidos durísimos.

El año pasado se sufrió menos, pero igualmente, aunque de nuevo Jaume, Zahibo, Tropi, Nacho Gil o Diallo, todos con el primer equipo ahora, eran hombres importantes. Ese valor real que tiene un filial, y no ganar partidos para quedar 3 puestos más arriba en la tabla, porque eso no forma futbolistas necesariamente.

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Tiene un carácter duro, se rodea de amigos que tienen su misma idea de fútbol y de vida, pero una cosa no tiene discusión: ser entrenador del Mestalla es un puesto delicado, y Curro Torres es un hombre perfecto. Aunque él quiere más, ya os lo adelanto.