El valencianismo cumplió su palabra y preparó un recibimiento histórico al Valencia

Funcionaron los llamamientos de aficionados y club a través de redes sociales, provocando que casi 5.000 personas dieran la bienvenida al equipo de Nuno.

Redactor Jefe | 26 ENE. 2015 | 16:17

La imagen de la Avenida de Suecia a más de doras de que arrancase el partido entre Valencia CF y Sevilla FC era sobrecogedora. Dejando en un recibimiento 'normal' el que dio el valencianismo al equipo en la vuelta de las semifinales de la Europa League el año pasado. Provocando que los aledaños del estadio de Mestalla se tornaran en una marea de gente que, ataviada con bufandas, banderas y mucha pasión por sus colores, preparó una bienvenida a los suyos digna de una final de la Champions League.

Si los cálculos no son erróneos, eran casi 5.000 las personas que aguardaron pacientemente a que el autobús del Valencia CF hiciese acto de presencia por la abarrotada Avenida de Suecia. Fue llegar el equipo y se desató la locura: cánticos a favor del Valencia y en contra del Sevilla, bufandas y banderas al viento e incluso se llenó de humo y color rojo la avenida a causa de varias bengalas que todavía le dieron un toque más espectacular al momento.

Ese fue el momento en el que toda la plantilla y el cuerpo técnico del equipo comprendieron realmente de que estaban en juego algo más que tres puntos. Tocaba borrar el mal recuerdo del gol de M`Bia, si es que alguna vez se podrá olvidar por completo tanto dolor en un instante, vencer a un rival odiado en la capital del Turia y encima sacarle de las plazas de Champions League. Los andaluces se presentan como grandes competidores hasta final de temporada en la lucha por estar en Champions el año que viene y vencerles en casa era fundamental.

La afición puso su granito de arena antes y durante el partido, respondiendo a la llamada que durante toda la semana había hecho un Valencia volcado con la cita liguera. Y los jugadores respondieron, con la dosis justa de intensidad y concentración para no pasarse de revoluciones, haciendo feliz a todo el valencianismo en una fría noche de enero que comenzó con todo el calor que la mejor afición del mundo es capaz de ofrecer horas antes de ver jugar al club de sus amores.