Rodrigo Moreno ante el desafío del 3-5-2

Las lesiones y sanciones le abren la puerta de la titularidad a Rodrigo Moreno, aunque en una posición que no estaba inicialmente diseñada para sus virtudes.

Adrián Rubio | 09 ENE. 2015 | 07:12

Le hicieron la pregunta este jueves en sala de prensa y del alma le salió decir lo siguiente: "Jugar con tres delanteros es prácticamente imposible, el 3-5-2 ha funcionado desde que lo puso contra el Rayo y el equipo ha mejorado desde ese momento, esa es la verdad". Una declaración realizada cuando le plantearon la posibilidad de volver a lucir en otro esquema distinto jugando con Negredo y Paco Alcácer, algo que se ha dado con cuentagotas en la presente temporada pero que dadas las circunstancias podría ocurrir este próximo sábado cuando el Valencia CF visite el estadio de Balaídos enfrentándose al Celta de Vigo. Solo que en lugar de ubicar al tridente en un 4-3-3, Nuno colocaría a Rodrigo Moreno en banda izquierda y dejaría en punta a la dupla que ha venido jugando últimamente en Liga.

Y las circunstancias se han colocado de lado del hispano-brasileño después de la lesión de Piatti, que le tendrá más de un mes apartado de los terrenos de juego, y la injusta sanción a un José Luis Gayà que vio la quinta cartulina amarilla frente al Real Madrid. Ambos dejan un boquete en el puesto de carrilero izquierdo, ese en el que Nuno podría ubicar a una zurda como la de Rodrigo Moreno, aunque un futbolista de sus características ofensivas no parece ser, a priori, el más adecuado para una posición que exige concentración y mucho sacrificio defensivo.

El técnico portugués ya dijo que no ve jugando ahí a De Paul por sus carencias defensivas, y a Carles Gil se le ha visto más veces actuando por la derecha o en la mediapunta que por esa banda izquierda. Sin Feghouli para jugar a pierna cambiada y con Rober Ibáñez en un segundo plano a ojos del entrenador, la opción de Rodrigo es la que cobra más fuerza para formar parte de una alineación titular en Vigo donde también estarían Alcácer y Negredo, los otros integrantes de ese maravilloso tridente que ilusionaba al valencianismo en verano.

Si se cumple esta variante y Rodrigo vuelve al once titular, algo que no pasa desde la vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey contra el Rayo Vallecano en Mestalla, cuando marcó y se fue expulsado por una acción irresponsable por su parte tras agredir a un rival, el ex del Benfica tendría la oportunidad de luchar por ganarse la confianza de un Nuno que ya le dejó de inicio en el banquillo en los tres últimos partidos de Liga -Rayo, Eibar y Real Madrid-. Además, explotaría su versatilidad y le demostraría a su entrenador y a toda la afición que si no tiene sitio en la delantera también se le puede utilizar en ese esquema del 3-5-2 que el propio Rodrigo acaba de alabar en sala de prensa.

Justo cuando la modificación en el sistema de juego parecía arrinconarle un poco más en la pizarra, sin espacio en una delantera donde los goles de Alcácer y Negredo le cierran la puerta y con muchas carencias en su juego defensivo como para ser uno de los dos carrileros. El carril derecho es propiedad a día de hoy de un Barragán inamovible, pero en su regreso a Vigo, donde pasó su infancia jugando en las categorías inferiores del club vigués, se le presenta la ocasión de encontrar un hueco en el once titular actuando de carrilero izquierdo, en un puesto inimaginable para él hace unos meses.

Tendría que mediar un regreso momentáneo al 4-3-3 en Liga para que el atacante internacional no actuase ahí y se ubicase más cerca del área rival, pero Nuno es partidario de no tocar algo que está funcionando desde aquella mágica segunda parte en Copa contra el Rayo como se vio este miércoles contra el Espanyol, donde con algunos suplentes se atrevió a mantener el sistema de los tres centrales.

Así que Balaídos debe poner a prueba la habilidad para adaptarse de un Rodrigo que todavía es lo suficientemente joven como para ir encajando su juego en varias posiciones. Desacreditando a los que dudan de su capacidad de sacrificio, brillando y sacando a relucir todo su talento no solo cuando la jugada le lleve a rondar las cercanías del área rival, sino también cuando le toque echar una mano a Orban y tapar la subida del lateral del Celta de Vigo.