Albacete-Levante UD (1-1): El Adoua rescata a los de Alcaraz

Un gol del central marroquí en la segunda mitad le sirvió al Levante para igualar el tanto inicial de los manchegos y coger ventaja de cara a la vuelta.

Redactor Jefe | 06 DIC. 2014 | 12:55

Moutinha hizo justicia muy pronto al mejor planteamiento inicial con el que salieron los del Albacete, que con muchas ganas e intensidad tuvieron en sus manos ampliar el marcador antes del descanso. Pero El Adoua reaccionó, como también lo hizo un Levante UD que igualó fuerzas en la segunda mitad, para firmar un 1-1 en el estreno de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey en el Carlos Belmonte.

El Ciutat de València volverá a marcar el destino de la eliminatoria de los dieciseisavos de Final de la Copa del Rey. Como sucedió la pasada temporada y la anterior en el tiempo e incluso la que le antecedió. En los últimos tiempos el feudo de Orriols fue decisivo para mutar dinámicas y marcadores adversos. Lo que suceda en un par de semanas entre el Levante y al Albacete dirimirá la suerte final de uno de los dos contendientes por más que el gol de El Adoua en cierto modo cambie el signo de una confrontación que el Albacete gestionó durante buena parte del primer round de este ciclo de partidos. Salió respondón y desprovisto de complejos el grupo que conduce César Luis Sampedro, pese a las distancias, y en apenas cinco minutos Moutinha ya había clavado una daga en el corazón del levantinismo. No obstante, el Levante logró recomponerse en el segundo acto para reconducir la situación merced al gol del zaguero marroquí.

Lo advirtió Lucas Alcaraz en la sala de prensa y también en cada una de las sesiones de preparación desarrolladas durante la presente semana; la Copa ofrecía la posibilidad de un reparto democrático y más equilibrado de los minutos lo que traducido significa que todos aquellos jugadores con menos presencia en la Liga podían encontrar un bálsamo en la competición del K.O. Y César Sampedro pareció seguir una tendencia coincidente. Los dos preparadores, con infinidad de batallas a sus espaldas en todas las divisiones, movieron sus respectivos onces titulares con respecto a las versiones mostradas en el campeonato de la regularidad. En el caso del Levante fue evidente. Desde la meta, con el regreso de Jesús, hasta la punta de ataque con Rafael incluyendo el estilo con una defensa de cinco integrantes. De este vaivén pareció salir mejor parado el Albacete. Sin renunciar al balón se lanzó con convicción hacia los dominios granotas y no tardó en exceso en aguijonear a la escuadra azulgrana.

Moutinha aprovechó un despeje de Jesús para estrenar el marcador. Moutinha fue una de los actores capitales de la cita. Instalado en la banda izquierdo generó peligro cada vez que entró en contacto con el cuero. Por la orilla contraria del verde, Keko trataba de progresar para poner el esférico en las cercanías del gol. En esa fase del duelo al grupo azulgrana le faltó algo más de reposo en su juego quizás a partir de la presencia de la línea de medios. Un fogonazo de Xumetra acabó con un agarrón de Noguerol y con el colegiado dirigiéndose hacia el punto de penalti. Fue uno de los momentos trascendentes del duelo. Rafael cogió con fuerza el balón. Pateó con rabia buscando el palo izquierdo de la meta local. Su disparo, potente y ajustado lo tocó lo justo Diego Rivas para que el cuero se diera de bruces con el palo ante la mirada perdida de Rafael.

A la vista del desenlace, y tras la ejecución, parece más mérito del cancerbero gallego que demérito del atacante local. El Albacete no desfalleció y siguió buscando a la contra la manera de sorprender al conjunto foráneo. Juanfran no acertó a dirigir un perfecto lanzamiento de Gavilán desde el costado izquierdo del ataque levantinista. El primer capítulo moría. Alcaraz movió el banquillo y agilizó el duelo con la parición sobre el césped de El Zhar y Camarasa. No obstante, el Levante volvió a exprimir la estrategia. Es una constante desde la llegada del preparador nazarí. Y se trata de una excelente fórmula para descongestionar la confrontación. De nuevo aparecieron las botas sedosas de Gavilán para dejar el balón inerte en el corazón del área local. Entonces se elevó El Adoua para capturar una igualada que pone en franquicia la eliminatoria.