Otamendi convirtió al Atleti en el 'cazador cazado'

La jugada del 3-0 es una obra de arte de la sorpresa y estrategia, cogiendo desprevenido al Atlético en la parcela que en teoría mejor dominaba.

Paco Polit | 05 OCT. 2014 | 02:39

La acción duró tres segundos, pero muchas cosas pueden ocurrir en tan corto espacio de tiempo, y el Valencia demostró conocer sus resortes a la perfección. Ante el considerado por muchos 'rey del balón parado', los de Nuno anotaron un gol de jugada de estrategia con muchísimo 'jugo' para diseccionar.

Corría el minuto 12 de partido cuando el Valencia forzaba un saque de esquina desde el costado derecho del ataque blanquinegro. Piatti fue el encargado de servir desde el corner mientras las 'torres' en defensa se incorporaban al ataque. El argentino puso un gran centro enroscado y Otamendi, libre de marca, cabeceó en carrera a la red.

Sin embargo, las repeticiones muestran la complejidad de una acción diseñada para confundir al Atlético en las marcas individuales y mixtas, algo imprescindible para que el argentino pudiese cabecear en solitario. Para ello, el primer paso fue tan sorprendente como efectivo: nada mejor que emplear una doble pantalla, con Mustafi, Rodrigo y Otamendi absolutamente pegados el uno al otro, para evitar que ningún jugador colchonero pudiese inmiscuirse en el espacio ocupado por los tres jugadores.

Piatti inicia su corta carrera para golpear el balón. En esa fracción de segundo, es Mustafi el que arrastra en diagonal a su marcador -Siqueira, al que supera en envergadura- hacia la derecha, dirigiéndose al lugar donde la bola debía llegar.

Rodrigo, en cambio, se mantiene anclado en su posición y se mueve ligeramente a su izquierda, buscando una segunda jugada en caso de que el balón fuese peinado y prolongado al segundo palo. El movimiento contrario a su compañero le libra del marcaje de Gabi o Miranda, que esperaban en el centro del área pequeña.

Y detrás de sus dos compañeros, esperaba Otamendi agazapado. La sincronización fue fundamental para aumentar el efectos sorpresa: el argentino arrancó la carrera en el momento exacto en que lo hacía el alemán, manteniendo apenas un metro de separación entre ambos que impedía que otro jugador rival interfiriese. A Mustafi le perseguía un rival, dificultando su remate, pero no al argentino.

Ambos estuvieron en disposición de rematar el centro con relativa comodidad. Sin embargo, el balón cayó justo en la testa de Nico, quien envió el cuero al fondo de la red. Una jugada para estudiar y disfrutar una y otra vez.