15 años del mecherazo que cerró El Madrigal

En un Villarreal-Espanyol, 2-2, expulsaron a tres jugadores locales y tiraron todo tipo de objetos a Iturralde y los jueces de línea al final

Jose Hernández | 28 FEB. 2014 | 16:50

El Villarreal prepara una fiesta homenaje al juego limpio en su enfrentamiento de liga ante el Betis del próximo domingo, precisamente hoy, se cumplen 15 años del primer gran incidente de El Madrigal en primera división, un suceso que provocó el cierre del estadio unas jornadas después.

El bote de gas lacrimógeno lanzado el pasado 15 de febrero en el encuentro Villarreal-Celta sigue dando que hablar en la actualidad del fútbol español. De momento se suceden los homenajes y las palabras de agradecimiento a la afición amarilla, pero hay que recordar que en el pasado ya se vivieron hechos polémicos en El Madrigal que no tuvieron la misma complacencia por parte de los diversos comités de disciplina.

1998-99 fue la primera temporada en primera división del Villarreal. De la mano de Irulegui, el submarino amarillo se convirtió en el gran animador del campeonato, ya que victorias tan contundentes como la conseguida en el Camp Nou le permitieron ocupar una posición tranquila en la tabla clasificatoria. Sin embargo todo cambiaría con el inicio de la segunda vuelta, cuando el equipo comenzara a pagar caro la exigencia física y la falta de experiencia de alguno de sus jugadores. El encuentro de la jornada 24 ante el Espanyol se convirtió en paradigma de esa situación.

[video:http://www.youtube.com/watch?v=7zRSrBfb7_g]

Dos goles de Alfaro y Alberto Saavedra colocaron un cómodo 2-0 en el marcador, pero como era costumbre Irulegui cerró líneas en torno a la portería de Andrés Palop. Además el juego de los amarillos caminaba siempre al borde del reglamiento, algo que el colegiado Iturralde González no iba a permitir en los últimos minutos. El Espanyol de Brindisi buscó su oportunidad y fue beneficiado por las expulsiones de Moisés y Pascual; antes del final logró el empate con dos oportunos tantos, el segundo de ellos obra de Iván Helguera.

La afición del Villarreal clamó en ese instante contra el trío arbitral, mucho más cuando el joven jugador David Albelda era expulsado tras realizar una entrada agresiva sin balón de por medio a un jugador rival. El futbolista abandonó el terreno de juego con evidentes signos de enfado e irritación, aunque aquella actitud quedó en anécdota en comparación con la despedida que el público de El Madrigal brindó al colegiado y sus árbitros auxiliares.

Todo tipo de objetos impactaron sobre los trencillas, que tuvieron que ser atendidos por el médico del Villarreal. Iturralde redactó los incidentes en el acta y tuvo que ser escoltado por la policía nacional a su salida del estadio, al igual que el autobús del Espanyol. Después de lo visto en el terreno de juego pocos esperaban que los comités de disciplina no sancionaran al club castellonense.

Aunque el Villarreal agotó todas las vías posibles para evitar y demorar al máximo el cierre del estadio, finalmente tuvo que disputar un encuentro en el destierro. El 9 de mayo de 1999 miles de aficionados llegaron a la vecina Valencia para presenciar el duelo entre su equipo y el Barcelona, que en ese momento se encontraba en plena lucha por el título de liga. El Villarreal planteó un buen partido e incluso llegó a crear problemas a los de Louis Van Gaal, pero una genialidad de Rivaldo estableció el definitivo 2-3.

15 años después del polémico encuentro ante el Espanyol, el club vuelve a vivir incidentes parecidos en primera división. El recuerdo del mecherazo a Iturralde y las expulsiones del 28 de febrero de 1999 vuelven a la memoria con el bote de gas lacrimógeno de 2013-14.