Polémica derrota en la Fonteta (75-82)

Dura derrota ante el equipo merengue

Daniel Pardo | 22 DIC. 2013 | 21:16

Como de una épica gesta se hilaron los acontecimientos en el partido de hoy. Un canto al baloncesto de equipo, del que no se puede conseguir a base de talonario y nombres. El Valencia Basket está inmerso en un proceso de rodaje que ralla lo extraordinario, con ayudas intensas en defensa y precisión en cada uno de sus lanzamientos; no en vano dejó en unos paupérrimos 31 puntos al descanso al líder de la Liga Endesa, un equipo que no conocía la derrota; el Real Madrid de Baloncesto.

Acompañados de ese aura de superioridad incuestionable que creen transmitir los de Pablo Laso se presentaron los jugadores blancos, con todas las armas disponibles, y con la convicción de que este era un partido señalado en rojo en el calendario, si eran líderes tocaba demostrarlo, y no dieron muchas razones para serlo. Pronto se dieron de bruces contra el que parece ser es el elegido para discutirle la hegemonia en la tabla clasificatória; el Valencia Basket comenzó con un parcial inicial de 0-8, aún a pesar de las cuestionables decisiones arbitrales que parecían favorecer a los visitantes. No es excusa, es realidad, que ante cualquier adversidad el trabajo de Perasovic termina por hablar por sí solo; con 7 puntos Pau Ribas se erigía como el líder en anotación del primer cuarto. Las sensaciones eran de que con Sergio Rodríguez en pista, el Madrid era otro, más fluido e imprevisible, pero sin él ls ideas se difuminaban. Amén de la defensa tan intensa y generosa de los de Perasovic, los dos pívots titulares del Madrid acabaron el primer cuarto cargados de faltas; se aprovechó de ello Lishchuk para dejar el marcador en 23-14.

El segundo cuarto fue más epopéyico si cabe. Con 7/13 en tiros de tres y un 54% en porcentaje de acierto, el Valencia Basket acribilló a triples a los merengues. Sergio y Rudy, los estandartes de la "superpotencia blanca" caían exhaustos de tanto intentar tapar huecos en el perímetro. Fue entonces cuando Pau y Lafayette coincidieron en pista. Ambos se fueron a los 9 puntos, y destacar por compromiso en el parqué a Romain Sato y su faceta reboteadora. Incluso desempeñando funciones de 4 por lesión de Pablo Aguilar, se emparejó con la más fea en varias ocasiones, como con Reyes y Mirotic que son bastante más altos, pero la potencia del africano es palpable y contagiosa. El descanso se saldó con 45-31 para los taronja, que demostraban a cada posesión que un equipo comprometido en defensa es un equipo arrollador.

El tercer cuarto se inició con más dosis de polémica de los árbitros. No es nada falso el decir que en ataque el Madrid no hacía faltas en ataque, mientras que por supuesto el Valencia Basket sí. Ese tipo de situaciones, unidas a varias antideportivas no señaladas a los de Laso acabó caldeando la Fonteta. Los jugadores del equipo blanco no cesaban de criticar y discutirle a los colegiados cada acción que estos determinaban, sin tener ninguna consecuencia.

Con un parcial de 6-0 se pusieron a ocho los visitantes (47-39), algo más finos en defensa. En el Real el máximo anotador era Jaycee Carroll con 9 puntos, mientras que Pau Ribas ya iba por los 11. Con el triple de Rudy se pusieron a 5, en un momento de debilidad taronja en ataque. De nuevo el árbitro, Carlos Perruga, el asistente pitó una falta que duele hasta calificarla como tal, pues solo fue leve contacto del Rudy con Sato, unido a una "nueva" falta en ataque no señalada por el Madrid el resultado era de 52-46 (apareció Lafayette y su fusil de asalto con 4 triples).

Malas noticias sin Rafa Martínez con 4 faltas en 6 minutos del tercer cuarto. La Fonteta acabó desquiciada, y con razón, con la incredulidad de los árbitros; esta vez fue Rial, quién de nuevo a Rudy le concedió la falta. Muy barato salía ser del Madrid en el día de hoy. Rudy al borde del descalabro y de la técnica, no dejaba de quejarse y simular faltas, prueba de ello el canto de la afición descontenta: "Manos arriba, esto es un atraco"; algo de razón deben de tener cuando más de 8.500 gargantas piensan lo mismo.

Así transcurrió el partido, y así gana el Real Madrid (da igual la disciplina que represente, sea baloncesto o fútbol, está comprobado). Debería criticarse muy seriamente al colectivo arbitral, se les vio anoche demasiado las intenciones. ¿Porqué se piensa así?, quizás porque el hecho de que ningún jugador visitante tuviera más de dos faltas, cuando los valencianos tenían cuatro en el tercer cuarto habla por sí solo. Canastón para acabar el cuarto de un valiosísimo Sam Van Rossom que dejaba el electrónico en 63-55 para los de la capital del Túria.

Último cuarto y las cosas no cambiaban; falta en ataque muy discutible de Pau Ribas que abría el partido para un posible empate en el marcador 63-60. Doellman desaparecido sin meter ni un solo punto en todo el segundo período; dejó los galones Lishchuk, el lituano daba vida a los suyos reboteando en ataque cuando la precisión fallaba. Las adversidades se sumaban con la expulsión por faltas de Rafa Martínez faltando siete minutos, junto con el arbitraje ya parecía ser algo insuperable, por favor y no es por incidir, pero si ven el resumen se darán cuenta del dudable arbitraje, muy decantado en favor del Real Madrid. Apretados últimos cinco minutos con 65-64 y el aliento de los de Pablo Laso en el cogote. Hicieron falta 35 minutos de los 40 que dura el partido para ver al Madrid por delante en el marcador con el triple de Llull (65-67).

El nerviosismo estaba a flor de piel, incluso se podía palpar; la Fonteta incrédula ante la mano de Carroll, pero era de locura las faltas que no señalaban al Madrid. 71-74 por detrás el conjunto de Perasovic y 3 minutos interminables con Lafayette en 17 puntos, y dobles dígitos anotadores en Lishchuk y Ribas. La táctica madridista para el final era de primer curso de baloncesto; balones a tu mejor tirador y que se la juegue (Jaycee Carroll). La finura del pívot lituano mantenía al Valencia Basket en el partido (73-77). En un par de malas decisiones de Lafayette en ataque se puso la cosa tensa, con 75-79 y treinta segundos por jugarse.

Victoria final del Real Madrid por 75-82 con una imagen deplorable del cuerpo arbitral, y aun peor imagen la dada por el Real Madrid de Baloncesto. Dato curioso el Flopping de Rudy cuando de nada servía ya. Finalmente los merengues se volvieron a la capital orgullosos del status que atesoran, son líderes, pero no tiene tanto mérito como ser segundos sin favoritismos ni ayudas de terceros. La tangana final no hizo sino reafirmar el sentir del pueblo valenciano hacia el Real Madrid, un equipo que no merece mención por su buen juego, para qué hacerlo, si no lo demostró.