Guerra abierta entre Levante y Real Madrid

La tensión escala de manera imparable tras la trifulca en los vestuarios del Ciutat

Rafa Carretero | 13 NOV. 2012 | 12:46

Más lío, el Levante entró ayer al trapo y horas después de que el Real Madrid emitiera un comunicado en defensa de Pepe y del comportamiento general de sus futbolistas, el club granota respondió irónicamente con otro calcado. Un giro radical de política, ya que a primera hora de la mañana en Orriols lo que se quería era pasar página y tender la mano al Madrid después del barullo. Fue por eso por lo que se obligó a David Navarro a dar su visto bueno a unas declaraciones en la web oficial interesándose por el estado de Cristiano Ronaldo —sin pedir perdón en ningún momento, ya que el central considera que el codazo no fue intencionado porque no lo vio en el salto— y prestándose al paripé de una llamada telefónica para limpiar su imagen. Todo en balde.

La potente campaña orquestada desde Madrid contra Ballesteros y Navarro acabó dinamitando la política de ‘silencio stampa’ que se quería poner en práctica. Los futbolistas empezaron a hablar y el club al final convocó una rueda de prensa de su capitán en la que este se mostró dolido con Sergio Ramos, que lo había instado a dedicarse al “boxeo”, pero en la que sobre todo negó haber agredido nunca a nadie “y menos a Pepe”, amén de denunciar que estaba siendo víctima de mentiras “infundadas” y “prejuicios”. “Tengo 20 años de carrera profesional y lo que digo va a misa”, dijo.

En ese sentido, a media noche, el programa ‘El Larguero’ informó de que había sido Pepe el agresor durante la discusión de ambos en la enfermería, donde Ballesteros se había acercado para interesarse por un Ronaldo al que estaban cosiendo la ceja en ese momento. Según esta versión, el portugués le propinó “un tremendo puñetazo” al capitán granota, que trató de devolvérselo pero fue reducido por la Policía Nacional. Este extremo, no obstante, no ha sido confirmado. Ballesteros sí que ha reconocido, no públicamente pero sí en privado, que si no agredió a Pepe no fue “por falta de ganas”, ya que le recriminó lo que consideraba como un insidioso cachondeo hacia el Levante.

En el Ciutat están también muy molestos con la actuación de la seguridad privada que acompaña al Real Madrid. Uno de estos guardias llegó a agredir a Juanfran después de que este respondiera con un golpe en los puños al madridista Adán, lo que propició el revuelo dentro del túnel al mismo tiempo que Ballesteros y Pepe se liaban en la enfermería. Es a lo que se refería Juanlu cuando declaró que “a los jugadores del Madrid no te dejan tocarlos”. Según el club granota, los incidentes no habrían llegado a más en caso de que este guardia, identificado posteriormente por la policía, hubiese apaciguado en lugar de encendido los ánimos. No es la primera vez que el Madrid recibe quejas por la actitud altanera y desmedidamente agresiva de este y otro sujeto que suele acompañarlo adosado a la cohorte de escoltas que arrastran los merengues.

La tensión entre los futbolistas fue muy elevada. Pese al señorío al que el comunicado del Madrid se refería, futbolistas como Arbeloa y Adán llegaron a retar a los granotas: “Os esperamos en el Bernabéu, allí os vamos a dar”. Mientras que los levantinistas se quejaron de la actitud de Pepe al considerar que se mofaba de ellos bailando delante de la puerta de su vestuario, los merengues atacaron a Ballesteros por los puñetazos que descargó en la recta final del partido sobre la espalda de Xabi Alonso y que pasaron desapercibidos para el criticado Muñiz Fernández, acusado por Pape Diop de obrar “un puto robo”. “¿Es que habéis ganado algo? No te mereces vestir esa camiseta”, le espetó durante la trifulca Juanfran a Pepe, protagonista mil y una veces de este tipo de reyertas.

En el origen de la bronca está, todo sea dicho, la tremenda animadversión que Pepe levanta en el vestuario del Levante, sobre todo a raíz de su comportamiento grosero —y el de varios de sus compañeros— a raíz del 8-0 de 2010 en Copa. Ya en el partido de vuelta, Ballesteros, vestido de calle, se encaró con Mourinho en el túnel de vestuarios. Pese a que en Orriols mantienen que no llegó a tocarlo, fue acusado de agarrarlo de la pechera y de recriminarle como una provocación haber sacado a calentar a Pepe a la media hora de partido para calentar los ánimos de la grada. En todo caso, una minucia comparada con la bronca del domingo, que 48 horas continúa coleando. Y lo que queda.