Futbolistas que jugaron en Valencia y Atlético

Ches y colchoneros han compartido muchos jugadores

Jose Hernández | 01 NOV. 2012 | 10:06

Valencia Club de Fútbol y Atlético de Madrid se enfrentarán el próximo sábado a las 22 horas en el estadio de Mestalla, muchos futbolistas jugaron en los dos clubes a lo largo de la historia, repasamos a algunos de ellos.

Victoriano de Santos Troya fue uno de los integrantes de la primera alineación que presentó el Athletic de Madrid en su debut en primera división. Era Febrero de 1929, y el conjunto rojiblanco se impuso al Arenas 2-3 en el campo de Ibaiondo. Curiosamente De Santos, como era conocido, se convertirá en el primer futbolista en defender las camisetas del Valencia y del Atlético (Athletic en aquella época) en primera división poco tiempo más tarde. Después de la guerra civil, el futbolista entrenaría al Sevilla, puesto al que tuvo que renunciar al caer gravemente enfermo.

Desde aquel momento, fueron varios los jugadores que cruzaron Castilla para realizar un traslado entre los dos clubes, algunos de ellos muy ilustres; historia viva de ambas entidades. Los dos Atléticos, el de Bilbao y el de Madrid, mantuvieron desde siempre una dura pugna junto al Valencia por conseguir el tercer puesto honorífico en el escalafón de méritos del fútbol español. Es por ello que existen decenas de historias en las que “colchoneros” y “Chés” pugnaron por hacerse con los servicios de varios jugadores, acotado y reducido como sabemos, el mercado para el conjunto vizcaíno.

Ricardo Zamora De Grassa, el hijo del “divino”, se convirtió en portero del Valencia en los primeros días de Julio de 1962. El futbolista llegaba del Mallorca, pero pocos años atrás, había disputado unos cuantos partidos defendiendo el arco del Atético de Madrid, aunque con muy mala fortuna. En Valencia su trayectoria fue irregular, pero pasó a la historia del club por parar un penalti decisivo en Colonia en una jugada en la que se lesionó; gracias a aquella acción, el Valencia jugó su tercera final de la Copa de Ferias consecutiva.

Aunque si ha existido un futbolista que marcó época en el club levantino tras su paso por el Atlético de Madrid, ese fue sin duda Rubén Baraja. El vallisoletano vivió en primera persona el descenso a segunda división de los colchoneros, llegando a Valencia como segunda opción, ya que durante el verano se buscó insistentemente la contratación del españolista Sergio González, que finalmente terminaría en el Deportivo. Pero Baraja demostró con sus actuaciones en el centro del campo que el Valencia no se equivocó en su contratación. Sus dotes de mando, el trabajo incansable en la medular y los goles decisivos que marcó, ayudaron en buena medida a que el club se convirtiera en doble campeón de liga esos años.

Otros jugadores eligieron el camino contrario, como Diego Alonso, el “tornado” uruguayo. Comenzó como un ciclón a las órdenes de Héctor Cúper, pero terminó fracasando estrepitosamente en el club “ché”, siendo cedido al Atlético, en el que ayudó con sus 22 goles a firmar el deseado ascenso; un éxito que celebró con mucho ímpetu en la madrileña fuente de Neptuno.

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Lubo Penev, el búlgaro que encandiló a la grada de Mestalla a inicio de los años noventa, también enfiló el camino del Manzanares. Penev era un futbolista batallador, de instinto asesino y mucho olfato goleador. Uno de los representantes de la escuela búlgara más talentosa de la historia, pero un futbolista al que en ocasiones le fallaba la cabeza, con un carácter forjado en las duras condiciones de vida de su país. Del Valencia salió en 1995, recuperado de su enfermedad y con la amargura de haber perdido la final de copa. Lubo podría tomarse venganza un año más tarde en el Atlético, donde lanzó muchísimos penaltis y ayudó con sus tantos a que el conjunto entrenado por Radomir Antic consiguiera el primer doblete de su historia.

En ese equipo también jugaba José Francisco Molina. Uno de los mejores porteros de la historia del fútbol valenciano, que tuvo que salir del Valencia para encontrar una oportunidad en el Albacete, y firmó sorprendentemente por el Atlético de Madrid presidido por Jesús Gil al finalizar la campaña 1994-95. Molina sería un referente del Atleti campeón.

Por último y para ir finalizando una lista que podría alargarse mucho más, citaremos a hombres como Patxi Ferreira, que llegó a Mestalla en verano de 1995 tras disputar con el Atlético el trofeo veraniego Valencia Naranja. Ferreira era uno de los fichajes solicitados por el nuevo técnico Luís Aragonés, que lo tuvo a sus órdenes en Madrid y en Sevilla. Patxi se ganó a la grada de Mestalla con su entrega, virilidad y sus goles de cabeza; solo estuvo en Valencia dos temporadas.

Otros futbolistas que defendieron la camiseta de los dos clubes fueron Gonzalo De los Santos, Daniel Fagiani, Gaby Moya, Arizmendi o Salva Ballesta.