Mañana de terapia colectiva tras el 4-0

Jugadores y técnicos entonan el 'mea culpa' por la recta final del partido infame en Pamplona

Rafa Carretero | 01 OCT. 2012 | 16:13

Después de un 4-0 era lo suyo. Esta mañana ha habido bronca y terapia colectiva en Buñol. No tanto por el mal partido como por los infames 10 últimos minutos. El Levante se descompuso en la recta final y eso es algo que Juan Ignacio Martínez no puede ni debe tolerar. El técnico reconoció en El Sadar que debió "mandar mal el mensaje en el descanso" a sus jugadores, pero hoy les ha dado un toque por dejarse llevar de una manera tan intolerable. "Nos faltó agresividad en unos momentos, pausa en otros", explicaba JIM. "La sensación es que es una derrota dura y difícil de digerir".

"Lógicamente el entrenador está cabreado, todos estamos de acuerdo con él. Aquí todos vamos a una, nos ha dicho que ya ha pasado y que debemos tener en la mente que no puede pasar otra vez. Tenemos que aprender de los errores", ha dicho en rueda de prensa Pedro Ríos.

Que el equipo no está a la altura en los partidos a domicilio es una realidad incontestable. En Liga ha perdido en todos sus desplazamientos y es ya el segundo equipo más goleado, lo que habla de un problema defensivo a gran escala. No hay manera de cerrar el grifo empezando por la medular y terminando por una defensa en la que los centrales se comportan como dos extraños. Ballesteros y Navarro mezclan mal y en el banquillo ni Héctor Rodas ni Volta asoman como relevos de garantías.

Y es que la derrota en Pamplona, como dijo Ballesteros, "hace daño" porque "no es lo mismo perder que perder 4-0". "La idea era aguantar el primer cuarto de hora, que sabíamos que era complicado. Eso lo hicimos bien y lo teníamos en nuestra mano. Seguro que ellos estaban pensando que perdían otra vez, pero se escapó esa primera parte y en la segunda sólo fueron errores y despropósitos". El capitán es de la opinión de que, como mal menor, el equipo corrigió sus defectos de las primeras partes, pero le faltó eficacia antes de que se declarase el estado catastrófico.

Uno de los futbolistas más afectados por lo ocurrido es Iborra, que falló clamorosamente en el 1-0. "Estoy jodido. Si no lo estuviera y no me importase este escudo me iría cantando, pero no es así", opina el de Moncada, quien aun así manda un mensaje de optimismo: "Este equipo ha demostrado que se puede levantar y tampoco la situación es crítica. Vamos a ver si podemos dar paso en Alemania y luego el partido de Liga contra el Valencia, que ya sabemos que es el más importante que tenemos en casa durante todo el año".