El Levante se hace un torniquete con Koné

El club confirma oficialmente que no volverá a jugar

Rafa Carretero | 08 MAY. 2012 | 17:26

Se acabó. Víctima de una hemorragia cada vez más peligrosa, el Levante por fin se ha hecho el torniquete que necesitaba. Antes de que fuera demasiado tarde, un comunicado en la web del club ha puesto fin esta mañana a un culebrón que lo estaba desgastando sobremanera, en especial al presidente y al entrenador. Ya es oficial: Arouna Koné no jugará el domingo contra el Athletic el partido que puede darle a los granota la primera participación de su historia en una competición europea.

El Levante mantiene la coartada de la lesión después de que Koné haya pasado por las manos de su médico de confianza en París y este pasado lunes por las del doctor Cugat en Barcelona. Sin embargo, lo importante es que ya se ha despejado la incógnita. Queda claro que, como casi todo el mundo sabía ya, el marfileño no volverá a jugar, tal y como él mismo le había confiado a Quico Catalán tras el partido contra el Granada: “Presidente, mi temporada ha terminado”.

Decía Quico el pasado lunes que “el club ha hecho todo lo que ha podido” para que Koné jugara y en eso lleva razón. Ante la presión que el propio Juan Ignacio Martínez le ha metido, Quico contactó con los agentes del delantero para que intermediaran con el Sevilla y negociaran la ya famosa cláusula de los 18 goles. Pero no había nada que hacer. Por un lado, el club estaba atado de pies y manos tras haber firmado al jugador a espaldas de Del Nido de cara a la próxima campaña. Por el otro, era el futbolista el único que podía desatascarlo, ya que entre clubes no había ningún acuerdo, aunque la pura verdad es que él no estaba por la labor.

La postura del cuerpo técnico ha sido clave para que el Levante confirmara su definitiva ausencia. JIM quería enterrar el tema y no alargarlo en vano hasta la víspera del partido. En su opinión, se corría el riesgo de estirar un chicle que no conducía a nada. Sólo a una depresión general cuando se supiera que no podría jugar. El técnico fue el primero que le dijo a la plantilla el lunes que había que dejar de pensar en los que no estarían en el partido más clave de la temporada.

Inicialmente el club estaba valorando que Koné diera una rueda de prensa para explicarlo todo. Con su presencia ante los medios se pretendía quitarle presión a Quico y JIM, que eran quienes estaban dando la cara a cambio de protegerlo desde el primer día. Sin embargo, a última hora, y tras una reunión de la cúpula, se decidió emitir un comunicado con declaraciones del jugador para echar cemento sobre el tema y evitar una comparecencia que tenía peligro de envenenarse. No habría tenido mucho sentido que hablase ahora después de que el día clave, tras su fingida lesión por el gol 17, el jefe de prensa lo subiera a su coche para sortear a la prensa y un posible lío.

El tema Koné se cierra por el bien del equipo aunque sin convencer a nadie y, lo que es peor, con un alto coste. El sábado, en el viaje a Palma, Quico y JIM estuvieron hablando para limar asperezas a cuento de las palabras del técnico, que le lanzó un torpedo envenenado al presidente al decir que hasta su mujer sabía que el problema se debía haber arreglado antes. Fue el punto álgido de la escalada de tensión entre ambos y cuyo telón de fondo es una falta de sintonía que amenaza con acelerar el adiós del míster.

Juan Ignacio reconoció en Palma durante la conversación privada con Quico su error de estrategia, aunque se excusó en que aguantó el tipo sin escudos durante muchos minutos y recordó que ese día su voluntad era la de no sentarse ante la prensa. Sin duda, la presión del final de temporada ha avivado el fuego con el presidente, que también estaba francamente dolido por la postura de su entrenador, al que entiende que había dado información al minuto.

La conclusión es que el Levante ha perdido a su mejor jugador para los tres partidos más cruciales del campeonato y que el coste ha sido una herida entre club y cuerpo técnico que difícilmente va a cicatrizar. Al menos, eso sí, de aquí al domingo se ha firmado la paz.