Cabreo in crescendo con Rubén Suárez

Quico Catalán sólo activa la renovación de Valdo

Rafa Carretero | 28 FEB. 2012 | 18:43

La renovación de Rubén Suárez pinta en chino, cada vez más complicada. El asturiano y su agente llevan meses llamando a la puerta del club sin una respuesta a cambio. De hecho, su insistencia está siendo hasta contraproducente, según varias fuentes consultadas, ya que en el Levante no quieren hacer diferenciaciones entre él y otros jugadores que como Juanfran o Javi Venta se encuentran en la misma situación.

Manolo Salvador todavía no quiere abordar su caso e incluso no le importa correr el riesgo de que el asturiano, de 33 años, se comprometa con otro equipo para el próximo curso. Suplente habitual, que continúe en Orriols no es una prioridad para los técnicos, pero por su trayectoria tampoco se le va a cerrar la puerta. En este momento no hay nada decidido. Lo más posible es que le pase una oferta a la baja, pese a que la aspiración del jugador es ampliar por dos años o al menos uno más otro opcional.

El tema de fondo es que la relación entre Rubén y el club se ha tensado. En Orriols han gustado bien poco sus quejas en la prensa por no saber nada de su posible renovación. Quico ya le dijo en el vestuario que la puerta de su despacho estaba abierta. Es un hecho que no hay ‘feeling’. En Cornellà algunos directivos llegaron a temerse que el final de la celebración de su gol fuese un desplante hacia el palco.

Tampoco parece haber demasiada sintonía con Juan Ignacio. Rubén reclama más minutos, algo que le ocurrió con Luis García, mientras que el míster confía poco en él. Sin embargo, los números están de su lado. Lleva ocho goles esta temporada entre Liga y Copa, aunque muchos de ellos a balón parado, y es uno de los futbolistas más eficaces del fútbol español. De su entrega y compromiso no hay ninguna duda. “El problema de Rubén es que no acepta su rol secundario. Hoy por hoy no puede ser titular y el míster se lo ha dicho”, comentan desde las oficinas.

Muy diferente es la situación de Valdo. Quico ha desenquistado la negociación mediante una charla telefónica con su agente, Pedro Bravo. Ambos han quedado ya para hablar. Su continuidad, por tanto, parece despejarse tras varias semanas en las que Bravo estaba dándole largas a Salvador, con quien no acababa de entenderse.