Enorme decepción en Orriols

Así fue el cierre de mercado granota

Rafa Carretero | 01 FEB. 2012 | 15:20

Para qué engañarse. El mercado invernal se cerró ayer para el Levante con mal sabor de boca y ha sabido a muy poco para la afición. Los fichajes han llegado tarde, por el camino se han caído buenísimas opciones y al final el tan ansiado delantero se ha quedado en la cesión de Abdelkader Ghezzal, que no destaca precisamente por sus registros goleadores. Aunque Manolo Salvador haya dicho que llevaba seis meses siguiéndolo, lo cierto es que esta vez cuesta y mucho creerse al director deportivo, que ha tirado de improvisación y ofrecimientos. Encima, Botelho, que fue una petición de Juan Ignacio, aterrizó en plena resaca de su detención en un control de alcoholemia, mientras que después de sus operaciones de rodilla Serrano levanta muchísimas dudas.

Sólo faltaba que el último día, cuando todo el levantinismo esperaba novedades, el club coleccionara fracasos con las gestiones de última hora. La más gorda de todas fue la del sueco Daniel Larsson. Todo estaba preparado para que su cesión con opción de compra se concretase por la mañana, pero el club granota terminó plantándose ante las exigencias del Malmoe, que aspiraba a rascar unos 700.000 euros de traspaso por un jugador que termina contrato el próximo 30 de noviembre. La versión oficial a mediodía fue que Larsson era sólo una opción "entre otras", pero el paso de las horas confirmó que no había ninguna otra alternativa preparada y tan adelantada. Adiós al deseo de traer a dos artilleros para oxigenar a Barkero y Koné.

Al final, el único movimiento fue la salida, cantada desde hace días, de Marc Mateu al Zaragoza B. El jugador se había negado a bajar al filial granota y el club no se atrevió a rescindirlo. En realidad, por muy poco no se ha quedado medio año más en la plantilla. Sólo el oscurísimo panorama que le pintó Juan Ignacio le empujó a escasos días del cierre del plazo a comunicarle al entrenador y sus compañeros que se daba por vencido. Todo lo contrario que Rafa Jordà, que sigue erre que erre. Él mismo ya había avisado de que no ha flaqueado en su empeño de hacer valer un contrato que el club no se planteó rescindir por su alto coste. Salvo cambio radical, de aquí a junio va a ser un simple elemento de decoración dentro del vestuario.

Las últimas horas del mercado en Orriols carecieron de nervios y estrés. El ofrecimiento de Geijo había sido descartado desde hace días porque según el entorno del jugador mientras que Quico Catalán sí que estaba por la labor, Manolo Salvador no lo veía nada claro. Sólo queda en pie la posibilidad de David Navarro. Salvador ha tanteado su situación con su agente, José María Orobitg, aunque no ha llegado a hablar con el jugador, que tiene varias opciones en la mesa y quiere tiempo. Pese a haber expirado el plazo del mercado, Navarro está en paro tras la desaparición del Neuchatel y podría firmar por cualquier equipo fuera de plazo, por lo que no hay que descartar que pueda terminan aterrizando en Orriols.