El primer viaje a Inglaterra pudo terminar en tragedia

El Valencia debutó en Europa frente al Nottingham Forest

Jose Hernández | 05 DIC. 2011 | 11:00

Volar a la siguiente fase; ese es el objetivo del Valencia Club de fútbol en su desplazamiento a Londres de mañana ante Chelsea. El futuro europeo del club de Mestalla debe decidirse en 90 minutos que se jugarán a cara de perro. Ganar o morir, superar la adversidad y firmar una gesta que pueda ser recordada por los nietos de quienes ahora escuchan las leyendas de sus abuelos.

Cuando el balón se ponga en juego en Stamford Bridge, once elegidos defenderán un escudo bordado a fuego en las entrañas de miles de valencianistas. Estar en octavos no es un premio, significa simplemente volver a dar un nuevo paso en el verdadero camino del club, que no es otro que saldar su deuda pendiente con la Liga de Campeones.

No puede existir mejor lugar para volver a caminar por el sendero de la gloria que Inglaterra. El estadio del Chelsea se encuentra exactamente a seis kilómetros y medio de la enigmática Freemason's Tavern, lugar donde se establecieron las bases del fútbol actual. La cultura futbolística se expandió desde allí hasta todos los rincones del viejo continente. Es buen momento ahora para volver a colonizar la casa del fútbol, de la misma forma que los ingleses preconizaban el "football's coming home" en 1996, va siendo hora de que el Valencia Club de fútbol vuelva a Europa por la puerta grande. Estar en octavos es una obligación...jugar la final un sueño.

En 1961 el Valencia Club de fútbol comienza a pasear su nombre por tierras lejanas. Será la ciudad de Nottingham el destino del primer viaje europeo del club. Cartel Nottingham Forest Valencia 1961La ciudad de Robin Hood no podrá resistir el empuje del equipo que aquel día empuña el arco de la victoria. Un ciclón futbolístico acribilla al Nottingham Forest con notable superioridad. Los valencianos ganan por un gol a cinco en una de las actuaciones más memorables que se recuerdan en un equipo que rinde visita a un estadio de las islas británicas. Así lo reconoce la prensa local de la época, poco acostumbrada a narrar humillaciones de este calibre.

Los goles del Valencia aquella noche de Octubre tienen nombre sudamericano. Un uruguayo que años más tarde entrenaría al equipo, Héctor Núñez y un brasileño poderoso y letal en el área, Waldo, se reparten la autoría de los tantos.

Ha nacido un nuevo rey en la Copa de Ferias. El Valencia escribe sin saberlo todavía el primer capítulo de una brillante etapa europea. La primera de las tres que vivirá el club en sus primeros 80 años de existencia.

Europa necesitaba volver a ver al Valencia en acción ; el espíritu de City Ground debería ser confirmado. Aquel mágico equipo recibió una nueva oportunidad del destino...su fútbol debió convencer a los encargados de dirigir su futuro y aquel avión que volvía desde Londres a la ciudad del Turia no terminó donde irremediablemente parecía que terminaría.

El gran Torino de los años cuarenta que se perdió en Superga y los brillantes futbolistas del Manchester United que no superaron la tragedia de Munich a finales de los cincuenta no pudieron contarlo. Dos tragedias que marcaron la trayectoria del fútbol europeo. El Valencia estuvo muy cerca de englosar la lista de accidentes aéreos que segaron la vida de tantos conjuntos prometedores. Si aquel avión hubiera descendido hasta los avatares del infierno, nos habríamos perdido aquella goleada en Budapest por 3-7 ante el MTK, o el 6-2 ante el Barcelona, o la vuelta de honor en el Nou Camp...

Barcelona pudo ser precisamente el final de aquel equipo. Cuando la expedición sobrevolaba la ciudad condal, una tormenta sacudió la zona. El radar del aparato que transportaba a los valencianistas se estropeó y una serie de turbulentas maniobras sacudieron la tranquilidad de los viajeros.

El piloto de la nave pudo salvar la situación con gran habilidad. Había conseguido que un equipo de trabajadores del fútbol pudiera seguir aportando alegrías a una ciudad demasiado tocada por la desgracia. A las cuatro de la mañana el Valencia aterrizaba en el aeropuerto de Manises. Muchos jugadores besaban el suelo y otros lloraban, dejando en el recuerdo la angustiosa situación vivida.

La goleada de Nottingham fue la primera gran gesta valencianista en el viejo continente. En honor de aquellos hombres que conquistaron la casa del fútbol, debe el Valencia fundamentar su futuro europeo.

Volar hacia el éxito y conseguir llegar donde otros no lo hicieron, por encima de toda adversidad, como lo hicieron aquellos héroes de 1961.