Cinco minutos de reflexión

Algunos jugadores, como el caso de Barkero, hablan ya de evitar la “caída”, de no “dormirse”, pero el Levante sigue entero. Psicológicamente no está hundido, aunque sí tocado. Y en la clasificación sigue cuarto. Nada que deba hacerle caer en depresión pese a que es un hecho que tras siete victorias consecutivas cualquier tiempo pasado va a parecer mejor.

La demostración de cómo se está afrontando esta serie de derrotas es que la charla técnica en la vuelta al trabajo apenas ocupó cinco minutos. Técnicos y jugadores han hablado en el vestuario y durante el trayecto de vuelta desde Madrid en autocar, pero sin sacar las cosas de quicio. Saben que fallaron puntualmente ante el Atlético y también que hubo cosas buenas que hay que mantener.

Los granotas tuvieron muchas opciones. Al margen de los dos goles, Valdo y Farinós dispusieron de oportunidades claras para marcar. El equipo no le perdió la cara al partido, en ataque se movió bien y el espíritu competitivo se conserva intacto. Son aspectos positivos que alejan las lecturas catastrofistas.

Sin embargo, también es cierto que en el aspecto defensivo cuando el equipo retome mañana el trabajo va a haber trabajo extra. Los jugadores verán en vídeo los errores cometidos. Por ejemplo, la falta de atención para parar el partido tras el empate, la ausencia de faltas tácticas y desajustes evitables como el del segundo gol, cuando con Juanfran fuera del campo el equipo se descuadró por completo.

Hay una cosa que el cuerpo técnico no quiere que se repita y son contragolpes en los que el equipo se quede en inferioridad numérica a la hora de defender. Es, sin duda, lo que más chirría de un Levante que hasta el partido de la Real Sociedad solamente había encajado tres goles en ocho jornadas.