La alarma suena para Iborra

El canterano, suplente por primera vez

Rafa Carretero | 21 NOV. 2011 | 13:07

No hubo revolución, pero sí un cambio revolucionario. Juan Ignacio sentó a Iborra en el Calderón. Fue la primera vez que el canterano perdía la titularidad. Decisión difícil, pero necesaria a ojos del entrenador. Posiblemente la más traumática de lo que va de temporada, mucho más que cuando degradó a Juanlu en Getafe o cuando hizo lo propio con Xavi Torres en beneficio de Farinós ante la Real Sociedad.

Víctima de un claro bajón, Iborra pagó los platos rotos de las últimas derrotas. No estuvo bien en Pamplona y tampoco ante el Valencia, aunque las dudas venían de antes. Justo desde que trascendió el interés de la selección española: Del Bosque tenía previsto venir a verlo y de hecho su segundo, Toni Grande, ya lo ha hecho. Una noticia por la que fue objetivo de las bromas del vestuario pero que no ha digerido bien. De un inicio espectacular ha pasado a uno mucho más grisáceo.

Su suplencia no tiene nada de baladí. En todas las cábalas de Juan Ignacio siempre había sido titular. Su puesto en el centro del campo era fijo, mientras que la otra vacante se la alternaban Farinós y Xavi Torres, que por primera vez ayer formaron pareja de inicio. Como emblema del club y futbolista de más proyección, no estaba en los planes verlo en el banquillo tras abandonar el liderato. Son muchos los equipos que lo están siguiendo pensando en un posible traspaso.

Tampoco la suerte le acompañó en Madrid. A la suplencia se añadió que su entrada al campo coincidió con los peores desajustes. Obsesionado con darle consistencia a la medular, Juan Ignacio planteó un trivote que hizo aguas nada más incorporarse él. Después se resarció con la asistencia a Juanfran en la jugada del 3-2, pero a esas alturas ya pesaba mucha carga sobre sus hombros.

Consciente de la situación, el pasado lunes uno de sus agentes se reunió con Quico Catalán. Una cita de cortesía en la que hablaron, entre otras cosas, de la próxima paternidad del joven jugador. Y es que a su alrededor están ocurriendo muchas cosas. Tal vez demasiadas, motivo por el que el entrenador ha decidido darle un aviso. Su suplencia debe ser un revulsivo. La alarma ya ha sonado para él y tiene que levantarse.