La clave del líder es… el vestuario

Corresponsales de medio mundo buscan estos días en Valencia la respuesta a la pregunta del millón. ¿Cuál es la clave del Levante? ¿Por qué el equipo más pobre de Primera ha dejado atrás a Real Madrid y Barcelona? No hay rincón del planeta que no se haya eco de la hazaña. Sin embargo, no hay pócima ni fórmula mágica. “La clave es el vestuario, lo he dicho mil veces”, decía esta semana Xavi Torres en un encuentro con aficionados. Y no es una frase hecha.

Con un par de retoques, Juan Ignacio ha mejorado lo que dejó Luis García, pero nada de eso hubiese sido posible sin el apoyo de los jugadores, que cerraron filas con el de Rabasa el primer día que entró a la caseta. El equipo es una familia en la que todos se preocupan por todos. “Lo que más nos ha alegrado de la victoria contra la Real Sociedad es que el gol definitivo lo marcara Rubén. Llevaba varias jornadas sin aparecer por el equipo y se le notaba fastidiado”, explica uno de sus compañeros. “Él es una de las claves también del buen ambiente que ha habido siempre”, insiste.

El brasileño de Asturias es importante dentro y fuera del campo, donde sus bromas no tienen competencia. “Si alguien le gasta una ‘putada’, él se la tiene que devolver con creces”, contaba Torres. En Buñol aún está fresca en la memoria el día que le siliconó a un compañero las zapatillas al suelo. Sin embargo, Rubén también es un tipo comprometido que psicológicamente lleva mal la suplencia y al que nadie deja nunca solo. He ahí uno de los porqués de la piña de los levantinistas, un núcleo sin fisuras que está pudiendo con todo y que mañana en Pamplona tendrá la ocasión de seguir haciendo historia. Dicen que los sueños son reales hasta que uno se despierta y el Levante, con siete victorias seguidas, aún no quiere abrir los ojos.