Alemania, territorio maldito

El Valencia vuelve a desafiar a su destino en Alemania. Leverkusen será el escenario donde los valencianos se jugarán gran parte de sus opciones europeas.

Esta ciudad, ubicada en Renania del norte, toma el testigo de otras muchas que residen en la memoria del aficionado valencianista. Alemania fue siempre un destino complicado para el club de la capital del Turia. Basta aportar un dato; de las trece ocasiones en las que jugó en territorio germano solo consiguió la victoria en dos. En 47 años se visitaron algunos de los estadios con mas nombre de la Bundesliga. Se disputaron encuentros en la Alemania occidental y en la zona influenciada por el bloque comunista. El Valencia vuelve a Alemania con la esperanza de dejar atrás una serie de resultados en partidos oficiales muy negativa.

1964. Los alemanes comienzan a llegar a España en busca de playa, sol y buenos alimentos. España está inmersa en plena revolución industrial y comienza a vivir una época de esplendor económico. Futbolísticamente es otro cantar. Los españoles hace años que son dominadores de los torneos europeos y muy pocos equipos consiguen hacer sombra al juego de los conjuntos hispanos.

El Valencia es parte de ese éxito. Se muestra intratable en la Copa de ciudades en Feria y llega a Mayo de 1964 como un equipo que todavía no conoce la derrota en una eliminatoria europea. El sorteo le empareja con el Colonia en las semifinales. Mestalla disfrutaba con una delantera que hacía las delicias del público que se desplazaba al estadio. Waldo, Guillot y el uruguayo Hector Nuñez eran futbolistas muy desequilibrantes en aquellos tiempos. Aniquilaron a los alemanes en el partido de ida por cuatro goles a uno. El Valencia goleaba como lo había hecho un par de años antes en la final de la misma competición frente al Barcelona. Colonia esperaba con el objetivo de una nueva final en el horizonte.

Los españoles intentaban salir a flote en esos años, pero todavía eran muchos los que habían salido del país en busca de una estabilidad económica y unos ingresos mas fructíferos que los que se podían conseguir en la España franquista. El Valencia notó en aquella primera visita el aliento de muchos emigrantes que residían en Colonia y que no desentonaron ante el estruendo provocado por los miles de aficionados locales.

El "Koln" buscaba una remontada histórica para acabar con la hegemonía valencianista y muy cerca estuvieron de lograrla. Los valencianistas conocieron por primera vez el infierno en el que puede convertirse en ocasiones un estadio alemán. Al término de la primera mitad ya perdían por dos goles a cero . La situación comenzaba a ser angustiosa aunque el Valencia se sacudió un poco el dominio en la segunda mitad. A veinte minutos del final ocurre la jugada que marcará definitivamente el partido; el colegiado inglés decreta penalti a favor del Colonia... la pesadilla alemana se convierte en toda una realidad pero nadie contaba con la presencia de Ricardo Zamora (Hijo).

La parada del portero valencianista salvó al equipo ese día. Zamora incluso se lesionó pero hizo que aquella noche de Colonia se recuerde como una victoria a pesar del resultado. El Valencia jugó la final de la Copa de Ferias ese año y esta vez si, perdió su hegemonía en la competición ya que fue derrotado por el Zaragoza.

Los alemanes han sido rivales en casi todas las competiciones europeas; Champions League, Recopa de Europa, Copa de la Uefa, Copa de Ferias e incluso Copa Intertoto.

De todos los rivales teutones quizá existen tres muy especiales en la trayectoria valencianista. Uno es el Bayern de Munich, otro el Schalke 04 y por último el inolvidavle Karlsruhe. Por distintas razones se han convertido en todo un icono del mal fario valencianista en sus duelos frente a equipos alemanes. Un gran Bayern eliminó al Valencia de la Recopa en la temporada 1967-68. Los de Baviera todavía no se habían convertido en el temible equipo que conquistaría finales de copa de Europa en los setenta, pero ya daban muestras de la eficacia que demostrarían después. Allí jugaban Seep Maier en la portería, Franz Beckenbauer o Muller en ataque. Los alemanes ganaron 1-0 en el estadio en el que jugaron como local hasta 1972, el Grunwalder Stadion. Lejos estaban españoles y alemanes de conocer la manera en la que sus caminos se cruzarían treinta años mas tarde.

En 1996 se produce otra derrota con sabor a victoria. El Bayern es el actual campeón de la Copa de la Uefa y recibe en el Estadio Olímpico de Munich a un Valencia que había conseguido herir hasta extremos insospechados al león bávaro en el encuentro de ida. El 3-0 de Mestalla en el primer acto de aquella eliminatoria fue un resultado que calmó el tenso ambiente previo que rodeaba al encuentro.

Al Valencia lo entrenaba Luis Aragonés y en su seno acontecía la primera entrega del "caso Romário". El brasileño fue apartado de la convocatoria de ese encuentro a causa de la poca actitud mostrada en los entrenamientos. Con el famoso "Míreme a los ojitos", Luis lanzó un órdago a su futbolista y apostó por su equipo en un momento en el que nadie pensaba que sin Romário los campeones podrían ser derrotados. En el partido de vuelta, Ziegue adelantó al equipo bávaro y muy poco tiempo después una inocente y clarísima mano de Romero obligaba al colegiado a señalar un penalti que paró Zubizarreta al poderoso Jurgen Klinsmann. El lance espoleó a los valencianistas que pudieron marcar a la contra. A pesar de todo, no se sufrió y la derrota 1-0 fue anecdótica comparada a la alegría por eliminar al todopoderoso Bayern de Munich.

Kahn, Carl, Bilic, Witwer, Bender, Rolf, Schuster, Shmarov, Schmitt, Kiriakov y Schutterle fueron los hombres del Karlsruhe que firmaron la visita mas negra del Valencia a Alemania en 1994. El Wildparkstadion fue un territorio insuperable para el equipo de Hiddink. El Valencia llegó como flamante líder de la liga española y salió del país germano con un resultado demasiado duro y que todavía sigue siendo, 18 años después, la derrota mas abultada recibida por el cuadro "Ché" no solo en sus visitas a tierras germánicas, sino en cualquier desplazamiento europeo.

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Claramunt y Waldo marcan los goles el día de la primera victoria del Valencia en suelo alemán en competición europea. Corría el año 1966 y el rival fue el Nuremberg en la Copa de Ferias. Con clásicos del valencianismo como Manolo Mestre, Roberto Gil o Paquito, los valencianistas ganaron por 1-2 un encuentro que dominaron desde el principio y que fue la punta de lanza de un proyecto que terminó ese año con la consecución de la Copa del Generalísimo. Los problemas del Valencia en los sesenta no tenían nombre alemán sino británico; el Leeds eliminó de la Copa de Ferias al Valencia en dos temporadas consecutivas.

Schalke 04 es un club demasiado presente en el balance negativo de los de Mestalla en los últimos años. Los de Gelsenkirchen aparecieron en el camino del Valencia por primera vez en 1997. La Copa de la Uefa representaba un objetivo demasiado goloso para un equipo que estaba inmerso en plena sequía de trofeos y que concedió a aquel Schalke un cartel de equipo poco competitivo. Los alemanes terminaron ganando la competición y celebrando en un Mestalla a reventar su clasificación a las semifinales de la competición.

Todo había empezado a torcerse en una noche oscura en Alemania en la que los hombres de Jorge Valdano fueron superados línea por línea por el correoso y batallador conjunto de la Bundesliga.

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Schalke 04 y Valencia vuelven a verse las caras en la máxima competición continental. El Valencia vive en sus carnes la angustia de la eliminación. Primero en 2007, donde la victoria en suelo alemán gracias al gol de Villa no fue suficiente y la temporada pasada, cuando Raúl se viste de verdugo para hacer un gol en Mestalla que fue una losa demasiado dificil de levantar en Gelserkinchen. Los de Emery estuvieron cerca de terminar con la maldición del Schalke pero no fueron capaces de administrar la ventaja inicial y naufragaron en su intento por acceder a los cuartos de final de la Champions League.

Leverkusen es el siguiente capítulo de una historia que tiene mas lunares que claros. El Valencia debe obtener un buen resultado si quiere seguir manteniendo opciones de clasificación. Su futuro depende en gran medida de "espantar" la leyenda alemana.