La veteranía, más que un grado

El colíder vapuleó al Málaga con el once más viejo de la historia de la Liga. Con la inclusión de Farinós, la media de edad se disparó hasta los 32 años, un récord que hasta ahora ostentaba el Osasuna, que el curso pasado derrotó al Real Madrid con un equipo que también peinaba canas. No hay duda de que en Orriols más que en otro sitio la veteranía es un grado y que los 346 años que sumaron Munúa, Javi Venta, Ballesteros, Nano, Juanfran, Valdo, Iborra, Farinós, Juanlu, Barkero y Koné pudieron mucho más que los millones invertidos por el jeque en la Costa del Sol.

La media de la plantilla es también de las más altas de Primera, por encima de los 28 años, pese a apuestas por jóvenes como Keylor Navas o un Wellington Silva que aún no ha cumplido los 20. Para el Levante es inviable económicamente acceder a futbolistas en la cresta de la ola, entre los 26 y 28 años, por lo que no tiene otra que apostar por la veteranía de quienes en su momento fueron de los mejores de la Liga. Perfiles por ejemplo como el de Valdo, que bordeando la treintena fue no hace mucho una de las revelaciones del fútbol español con el Osasuna hasta que cayó en desgracia durante su etapa en Barcelona.

El Levante ha hecho acopio de experiencia y saber estar con una serie de jugadores que pese a su avanzada edad disfrutan de un buen momento de forma. El cuerpo técnico, además, está sabiendo llevar bien a un grupo cuyo principal hándicap es la recuperación de un partido a otro.