“La palabra clave es humildad”

Juan Ignacio es el entrenador milagro. Hombre devoto y espiritual, un ángel de la guarda guía su destino desde que llegó a Orriols. No conoce la derrota y su equipo es ya algo más que la revelación del curso. El Levante, al que incluso las decisiones arbitrales le respetan más que nunca, está convencido de lo que hace y no es que haya empezado a creérselo sino que disfruta en el campo. Con una defensa férrea que no concede apenas disparos en el área, jugadores en estado de gracia y un estilo cuidadoso con el balón, es imposible pedirle más de lo que está logrando.

Sin embargo, el técnico de Rabasa mantiene la calma. Quiere estar “frío y sereno”. “Nuestra palabra clave es la humildad”, insiste una y otra vez. “Para los jugadores es un pastillón el apoyo que les da la afición, van con una marcha de más, y eso los rivales no lo saben”, explica. “Cada vez que llego al estadio y veo el recibimiento que nos dan, yo me emociono”.

Para Juan Ignacio el objetivo continúa estando en los “40 y picos puntos” en los que rondará la permanencia y hasta llegar ahí está prohibido pensar en otra cosa. Eso sí, el míster está satisfecho con el rendimiento de los jugadores, en especial ayer el de Farinós, el más destacado a nivel individual del once: “Este equipo sabe que no puede levantar la voz y si alguna vez lo hace estaremos ahí para bajársela”.