El resultadismo o esa mala costumbre

El fútbol es un ser caprichoso, como el balón. Sin sentimientos, sin arraigos. El fútbol es cruel por esencia, y muy humano, porque da y quita sin ningún miramiento, en ocasiones, sin ningún mérito mucho más allá de haber estado en el sitio adecuado en el momento preciso.

Este deporte que amamos hasta el éxtasis es así, como se ha dicho tantas veces, y nos quedamos tan anchos. Por eso, cuando muchos valencianistas salían de Mestalla el pasado sábado y me decían “si, si, lo que quieras, pero líderes”, yo callaba, porque era una verdad incontestable.

El juego había sido horrible, el partido para olvidar, las sensaciones nada buenas. Pero como el fútbol tiene la condición que comentábamos, adelante con los caballos. El mismo sábado, a media noche, una chilena de Julio Baptista ya nos dejaba segundos. El fútbol empezaba a dar el giro…

Y llega la jornada de domingo. El Levante y el Barcelona juegan sus partidos, los ganan, y terminamos el día quintos. ¿El resultadismo ahora lo cura todo o ya nos ponemos un poco más serios? ¿Reaccionamos cuando estamos a tiempo o vamos a dejar que nos pase lo de tantos de un tiempo a esta parte?

Creo que ya hemos visto empezar al Valencia de Unai fuerte, ser líder, estar arriba. Y luego apagarse como una llama y sin remedio. ¿Vamos a verlo repetido de brazos cruzados? ¿Vamos a seguir justificando todo con “si,si, pero estamos ahí”… Mucha gente salió enfadada el sábado, y ese síntoma no se debe dejar pasar por alto. Semana de reflexión…