El día de la marmota

La temporada del Valencia se repite

Toni Hernández | 02 OCT. 2011 | 11:45

Es el cuarto año de Unai Emery al frente del Valencia. La frase "estamos creciendo" o mi favorita, "estamos mejorando ciertos aspectos", ya no es que no tengan sentido, es que suenan a falta de respeto a una afición que no es ajena a la situación del club, pero a la que molesta sobreramente que le ofendan.

Se ganó el primer partido al Racing con horrores más que errores defensivos. Dos choques con la portería a cero frente al Atlético y el Sporting calmaron los nervios. Luego vino el flojo partido en Genk y el del Barça. Buena primera parte y en la segunda pidiendo la hora. Lo de Sevilla mejor lo olvidamos, y el del Chelsea, si no tiene Alves una noche celestial, resultado de escándalo. Y ahora se gana con la ley del mínimo esfuerzo y el agua al cuello a un recién ascendido.

Subidas y bajadas propias de un grupo joven, que igual se sale que no entra. Sin veteranos que aplaquen los nervios, sin experiencia que mate partidos feos. La calidad la hemos vendido, casi toda, y eso se nota. Y a medida que avance el año, más aún. Porque esto es fútbol, y aunque es imprevisible, hay ciertas cosas que se caen por su propio peso.

El que vea sólo que estamos colíderes, tras la jornada de sábado, o arriba desde el primer momento, estará cometiendo, como vengo diciendo toda la semana, un pecado del que luego nos arrepentiremos.

Probablemente el nivel sea el que es, no más, pero el error no es verlo, sino “vender” que es otro, cuando no lo es. Eso genera expectativas que luego no se cumplen, sueños que se rompen, golpes de realidad, como el día del Chelsea, que son duros como una piedra y agrios como la vida misma en su peor cara. Somos quienes somos, y lo importante es quién queremos volver a ser y cómo.

Señores que mandan, hagamos una reflexión, una comparecencia pública, un gesto de honestidad futbolística, antes de que Mestalla vea otro partido contra el Granada y se cabree de verdad.