Otro año más, y van...

Gran día frente al Barcelona, revolcón en Sevilla

Toni Hernández | 26 SEPT. 2011 | 11:33

Miércoles por la noche, salida de Mestalla, tras jugar frente al Barcelona: “jugando así podemos optar a todo, hemos parado al mejor equipos del mundo”. Sábado por la tarde, un grupo de valencianistas tras acabar la derrota del Sánchez Pizjuán: “Emery como siempre… otro año igual”.

Lo preocupante de la situación no es el hecho en sí, sino que algunos lo veníamos avisando, que no vaticinando (no confundas la prevención con el alarmismo). La semana pasada escribía sobre que no debíamos celebrar nada. El halago debilita, axioma absoluto, y más cuando éste resulta tan “barato” de conseguir.

¿Las causas? ¿Los responsables? En Valencia somos muy de eso, de buscar, o encontrar, a alguien que tenga la culpa, y con eso, el problema ya se soluciona por sí mismo. Pero no, para nada. Así no se arregla una disfunción que se prolongo más de siete años y que tiene su origen en una autocomplacencia absurda que absorbe la energía de la ambición.

Que Unai tenga “ataques de entrenador” me parece casi hasta normal, porque los tienen todos, pero “locuras de entrenador”, si no eres Cruyff, que no es el caso, no puedes tener. Bruno o Maduro en el once, defensa de tres, experimentos extraños, en Sevilla, contra un equipo físico, escaso de talento pero sobrado de tablas, es querer complicarte la vida. Y eso se paga, vaya si se paga.

El penalti fallado es anécdota, porque eso puede pasar, pero las decisiones y los tiempos del partido no. Aduriz no habrá dormido el fin de semana, seguro, pensando en su acción infantil y también en porqué Unai lo ha tenido seis meses apartado y le da la titularidad de repente. Un hecho no justifica el otro, pero los bandazos en un grupo tienen estas consecuencias.

¿Se pudo ganar? Pues claro, sin duda. Contra 9 si Banega marca el empate lo teníamos de cara, pero es que tampoco se empató ni siendo dos más, ni tampoco uno. Unai y quedarse el rival con dos jugadores menos no es sinónimo de victoria, desde luego… La pregunta es si se hizo, desde el principio, todo para ganar.

Mirar al Chelsea de reojo fue un error, parece que permanente en esta Valencia. Hay que vivir el día a día, y ni improvisar planes, porque luego vienen los disgustos. Me fastidia enormemente lo que voy a decir para cerrar… pero lo avisé. No me gusta, pero lo avisé.