El Valencia pierde la imbatibilidad

No pudo ser. El Valencia CF no rompió la maldición del Pizjuán que le persigue desde el ya lejano 9 de mayo del 2004, última vez que el Valencia consiguió ganarle al Sevilla en casa, Liga incluida.

Y no pudo ser, sobretodo, por una primera parte valencianista nefasta, nula, en la que pronto dejó en el olvido las virtudes que demostraron frente al Barcelona mostrando un despropósito futbolístico que, para mayor agravio, se encontró con que la Fortuna se alió con el conjunto hispalense en forma de penalti fallado por Banega y con la picardía ya rutinaria de los defensas sevillistas, que les ha llevado a ser más conocidos por sus dotes teatreras que por su fútbol.

Pronto comenzó el desajuste en el equipo valencianista y a los 6 minutos, Kanouté anotó, pero el colegiado, y sin que sirva de precedente, echó una mano al conjuto che y anuló el tanto de manera errónea. Pero esta ocasión no sirvió para que despertara el conjunto de Emery, si no que espoleó aún más a un crecido Sevilla que, tras una buena jugada de Jesús Navas, asistió a Kanouté y éste fusiló a Guaita para, ahora sí, adelantar a su equipo. Corría el minuto 17.

El conjunto de Mestalla, lejos de reaccionar, siguió en esa pasividad enfermiza que demostraba, esperando que llegara el descanso cuanto antes. Descanso que, pese a la mala primera mitad, apenas supuso la entrada y el debut en Liga de Barragán por Bruno, cambio forzado pues el jugador catalán presentaba ciertos dolores de cabeza y de paso ahorraría unos cuantos más a la afición valencianista, pues su banda derecha era una autopista para un Perotti muy enchufado.

El Valencia mejoró en la segunda mitad y tras una gran parada de Guaita, Jonas, en la primera ocasión clara para el Valencia, obligó a emplearse a fondo a Javi Varas, uno de los mejores de su equipo. Cuando más crecido estaba el Valencia, todo se puso de cara con la tonta expulsión de Trochowski en el minuto 56 y la de Escudé en el 67, penalty incluido. Entonces apareció la diosa Fortuna para aliarse con Javi Varas y mandó el disparo de Banega al poste, quién no sólo desaprovechó el penalti si no también la oportunidad de empatar el partido con 20 minutos por delante y jugando contra 9. Pero apenas dos minutos después, Aduriz cayó en la trampa de Spahic, quien exageró sobremanera el pisotón que recibía del delantero vasco, y fue expulsado, ganando una vez más el teatro al fútbol (sugiero ver las airadas protestas de Fernando Navarro a Muñiz Fernández alertándole del pisotón a su compañero como si de una herida mortal se tratara).

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Así, el partido murió con una buena acción de Soldado, suplente en el día de hoy, que Javi Varas volvió a despejar con acierto y el Valencia, como tantas veces se suele decir, murió en la orilla tras haber remado durante 20 minutos. Ahora ya, perdida la “media final” de Sevilla como el propio Emery definió el partido de hoy, toca pensar en el compromiso frente al Chelsea de Champions y hay que corregir errores y defectos, pues en competición europea todo se paga más caro.