La Champions y el Valencia CF

Hay que mejorar la última actuación y alcanzar un objetivo inédito desde 2007

Toni Hernández | 13 SEPT. 2011 | 08:43
undefinedEl aficionado al fútbol en general tiene a la Copa de Europa como gran referente. Los mejores partidos, los mejores equipos, los mejores momentos… Pero el valencianista, cuando escucha dos palabras, rápidamente, atrae a su mente dos lugares: París y Milán.

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Aquellas dos ciudades, aquellos dos estadios, Saint Denis y San Siro, significan lo más grande y lo más duro. Evocan en la memoria lo que pudo ser el momento más importante de la historia y lo que terminó siendo un dolor que aún no se ha curado.

Cañizares representó la imagen de la decepción valencianista

La Champions es, en definitiva, para cualquier valencianista, algo muy serio. Aunque lo cierto es que desde entonces, no se ha vuelto a cruzar la barrera de los cuartos de final. Cuando aquel cabezazo mágico de John Carew, tras un pase magistral de Jocelyn Angloma (ahora me viene a la cabeza una comparación con Miguel Brito y me da la risa floja), al Arsenal supuso el pase a semifinales, no se ha vuelto a llegar más lejos.

Son ya 10 años, nada menos que una década, desde que no se está entre los cuatro mejores. 2003 y 2007 supusieron las únicas dos excepciones a muchas más sombras que luces en una competición fetiche. En la campaña 2004/2005 no se pasó la fase de grupos, lo mismo que en la 2007/2008, cuando se terminó último. El año pasado, tras quedar primeros en la fase de liguilla, el Schalke, al que todos querían, apeó al Valencia del camino.

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La Champions League es mucho más que una competición, es algo personal. El valencianismo tienes esa deuda pendiente con la “orejuda”. En los tiempos que corren, pensar en hazañas como las de hace diez años se antoja empresa difícil, pero quizá, si pudiésemos echar la vista atrás, pero con toda la perspectiva, nos diésemos cuenta que las cosas no eran entonces tan diferentes.En la Copa de Europa no se sufre, se disfruta. Aquí no se compite, se pelea al más alto nivel con los mejores del mundo. Aquí no se sueña… Porque si no haces, te pillan desprevenidos. Hoy arranca el sueño, desde luego que sí. Múnich queda lejos… pero no más que París y Milán.