Victoria obligada

El Power debe ganar para no verse contra las cuerdas

Vicente Vila | 24 MAR. 2011 | 11:28

Sin tiempo para lamer las heridas, el Power Electronics Valencia afronta hoy a las 20.45 en la Caja Mágica el segundo envite de la eliminatoria de Euroliga ante el Real Madrid con la obligación de ganar y equilibrar la balanza. En caso contrario se vería obligado a lograr el "milagro" de vencer en los tres partidos restantes, afrontando cada uno de ellos con la presión de estar apostados contra las cuerdas.

Una victoria hoy pondría además la ventaja de campo del lado de los valencianos, que allanarían el camino de cara a la Final a Cuatro de Barcelona. Y esto pasa por mejorar el gran debe del primer choque, el rebote defensivo. Con su superioridad en el rebote ofensivo (el Madrid es el mejor en esta faceta en la competición), el conjunto de Molin contó con un sinfín de segundas opciones, lo que les permitió contrarrestar su mal porcentaje en el tiro, algo que no pudo aprovechar el conjunto de Pesic. De hecho, ese dominio del rebote ofensivo permitió a los madridistas tirar casi 21 veces más que el Power, 70 por 49. Y ese es el sabor que queda en la plantilla taronja, que se jugó mejor y la victoria estuvo al alcance de la mano y solo el permitir tantos segundos y terceros tiros, impidió comenzar la serie con victoria.

El trabajo dentro de la pintura será vital para ello. Las bajas de Augustine y Claver merman el potencia del conjunto dirigido por Pesic por lo que la labor de los Lishchuk, Javtokas, Savanovic debe multiplicarse ante las torres del cuadro blanco.

Otro aspecto a mejorar para el envite es el de los tiros libres, ya que los jugadores del Power sólo anotaron un 60 por 100 de sus lanzamientos desde la línea de personal, otro aspecto que puede ser decisivo si se vuelve a llegar a un final ajustado.

Con esos pequeños saltos, y con la base del trabajo llevado a cabo en el primer envite, los valencianos confían en poder conseguir una victoria que les permita llevar la seria a la Fonteta con la tranquilidad que da no estar obligados a ganar. Eso sí, la obligación llega primero hoy.